Visor de obras.

«Juan Manuel, en edad ya de poder ir al campo a enterarse para administrar más adelante según se comportara, y habiendo recibido un poco de la enseñanza elemental que se podía adquirir en las escuelas de los propios padres, de los particulares y de los frailes (éstas eran las más acreditadas), Doña Agustina pensó que algo de tienda no estaría de más, desde que en las grandes estancias de eso había.

Fue pues a una de las más acreditadas. Pero como quisieran hacerle hacer lo que a su hermano, no obstante el ejemplo de éste, se negó.

Doña Agustina no trepidó, lo tomó de una oreja y de ella lo llevó encerrándolo en un cuarto con esta prevención "ahí estarás a pan y agua". Y como la noche viene con la reflexión, reflexionó resolviendo escaparse de la casa solariega. Todos dormían... falseó la cerradura, escribió con un lápiz en un papel que puso en sitio visible unas palabras, se desnudó y casi como Adán, salió a la calle yendo a casa de sus primos los Anchorena a vestirse y conchabarse.

Al día siguiente, cuando fueron a llevarle el pan y el agua, hallaron el susodicho papel, el cual rezaba esto: "dejo todo lo que no es mío, Juan Manuel de Rosas", con s.

Y éste fue el primer acto de rebelión contra toda autoridad que no fuera su voluntad. Y de ahí en adelante que en lo sucesivo se firmara como no debía, puesto que su verdadero nombre patronímico era Juan Manuel Ortiz de Rozas, Rozas con z y no con s».