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1

Se mencionan las obras publicadas de Montemayor en el prólogo que hizo Francisco López Estrada a su edición de Los siete libros de la Diana, 4.ª edición, Madrid, Espasa-Calpe, 1967, pp. XV-XXXVI.

 

2

El cancionero del poeta George de Montemayor, edición de Ángel González Palencia, Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1932. De aquí en adelante se refiere a este texto como Cancionero, edición de González Palencia.

 

3

WHYTE, Florence, reseña del «Cancionero del poeta George de Montemayor», edición de Ángel González Palencia, Revista de Filología Española, 19 (1932), pp. 305-308.

Tengo en preparación una edición de la poesía de Montemayor basada precisamente en el Segundo cancionero de 1558, la edición expresamente preferida por Montemayor mismo, tal como él lo declara en el prólogo del volumen, que fue la última colección poética suya publicada durante su vida (se supone que murió en 1561).

 

4

Conozco los ejemplares del Segundo Cancionero de la Hispanic Society of America en New York, el de la Biblioteca Nacional en Madrid y la copia fotostática que tiene la Universidad de Pennsylvania, Philadelphia. Luego, en Coimbra, 1579 (Juan de Barrera), se publicó de nuevo el mismo Segundo cancionero. Es la única vez que se volvió a publicar, y el único ejemplar de esta segunda edición está en la Hispanic Society of America.

 

5

Véase la introducción a la edición de López Estrada para la lista de las ediciones de la Diana que contienen «Alcida y Silvano», pp. LXXXVI-XCVII.

 

6

El Cancionero de Montemayor fue publicado en Zaragoza, 1562; Alcalá, 1563; Salamanca, 1571; Alcalá, 1572; Coimbra, 1579 (se publicó también el Segundo cancionero el mismo año, en la misma ciudad); Salamanca, 1579; Madrid, 1588.

 

7

El poema de Montemayor fue publicado por IFE, B. W., Dos versiones de Píramo y Tisbe: Jorge de Montemayor y Pedro Sánchez de Viana, Exeter, University of Exeter, 1974. Ife atribuye la primera versión de la fábula que publica a Montemayor sólo «por no inflar más la ya desmesurada reputación literaria de Anónimo» (p. VIII). Pero si se compara el texto de ese «Píramo y Tisbe» con otras poesías de Montemayor, se nota enseguida que es suyo: hasta repite versos enteros empleados en otros poemas y usa el vocabulario y los temas de sus otras obras. Por ejemplo, los amantes «se quejan al cielo», que es un rasgo idiosincrásico de sus personajes. También, con la más mínima excusa, maldicen los efectos de la ausencia en el amor, otra característica de la obra del portugués.

 

8

GARCILASO DE LA VEGA, Obras, edición de Tomás Navarro Tomás, Madrid, Espasa-Calpe, 1966, p. 8, vv. 113-115.

 

9

Véase la introducción de López Estrada a su edición de la Diana para las ediciones que contienen el poema «Píramo y Tisbe», pp. LXXXVII-XCVIII.

 

10

EL SAFFAR, Ruth, «Structural and Thematic Discontinuity in Montemayor's», Modern Language Notes, 86 (1971), p. 184.