1
Desde que
Menéndez y Pelayo en Estudios de crítica
literaria, Ed. N. de
O. C., XI (VI), pp. 354-355, se refirió a esta
novela como «el primero y hasta ahora no
igualado modelo de costumbres»
, los manuales (Blanco y
García, Cejador, Hurtado, Valbuena, Alborg) y estudios
especializados (Montesinos, Ucelay Da Cal, Correa Calderón,
Varela, entre otros), no han dejado de hacerse eco de este juicio
crítico.
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El artículo de costumbres puede adoptar diversas modalidades, desde la abstracta, en que el autor especula sobre costumbres, pero sin apenas concretar, hasta la forma literaria, dotando al artículo de una peripecia argumental, como el El castellano viejo, En este país, Vuelva usted mañana, etc., de Larra, o El retrato, El duelo se despide en la iglesia, El romanticismo y los románticos..., de Mesonero Romanos.
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Téngase en cuenta que resulta muy difícil establecer si una narración es cuento o artículo de costumbres, pues no existe un esquema establecido con el que medir la dosis argumental. Un artículo en que lo costumbrista esté muy disuelto y con excesiva peripecia, no se diferenciará de un cuento de escasa trama y abundantes dosis descriptivas. Incluso el costumbrismo satírico influyó en dicho género, como en numerosos relatos de Clarín: Cuervo, La imperfecta casada, Bustamante, El señor Isla, González Brivón... Otro tanto sucede con E. Pardo Bazán, pues más de un cuento está impregnado de un costumbrismo impresionista, como sus narraciones rurales.
4
Existe una viva polémica en torno a este punto. José F. Montesinos en su estudio Costumbrismo y novela, ensayo sobre el redescubrimiento de la realidad española (Madrid: Castalia, 1960) afirma que el costumbrismo no sólo no determina el advenimiento de la novela realista española, sino que la retrasa considerablemente, ejerciendo una influencia deletérea. Creemos que los juicios emitidos con anterioridad por Andrenio y, posteriormente, por Baquero, Correa Calderón, M. Ucelay Da Cal, se ajustan más al verdadero significado y alcance del costumbrismo, pues consideran decisiva la influencia de este género en la novela española de la segunda mitad del siglo XIX.
5
Apreciación hecha por la crítica actual en sus estudios relacionados con el costumbrismo hispanoamericano, como la monografía de Maida I. Watson, El cuadro de costumbres en el Perú decimonónico (Pontificia Universidad Católica del Perú, 1980). Estudio que no sólo analiza la influencia y los distintos recursos literarios utilizados por los maestros del género costumbrista español, sino que también escudriña la presencia de la obra de Larra en la prensa peruana. Otro tanto ocurre con los estudios sobre la narrativa breve hispanoamericana, como el artículo de Pedro Lastra, "El cuadro de costumbres y el cuento durante el Romanticismo", en El cuento hispanoamericano del siglo XIX, (Santiago de Chile, 1972). En la misma tonalidad estarían los trabajos de Y. A. Fernández de Castro publicados en la Revista Cubana en la década de los años treinta del presente siglo. No menos interesantes serían los estudios que a este respecto publicaron, entre otros, L. Lorenzo Rivera y G. de la Torre.
6
Los españoles pintados por sí mismos (Madrid: Boix, 1843-1844), 2 vols.; 40, h.h., 446 pp.; 1h. 2h., 505 pp. 1h., grabados y 100 láminas. La reproducción de Gaspar y Roig (Madrid, 1851, 40), 382 pp., 1h., 100 grabados, se publicó a cuatro pesetas. Luego el editor encuadernó ejemplares junto con las Escenas Matritenses, de Mesonero Romanos.
7
Heads of the People: or Portraits of the English drawn by Kenny Meadows. With original essays by distinguished writers (London: Robert Tyas, 1840-1841).
8
Les Français peints par eux-mêmes. Encyclopédie Morale du dixneuvième siècle (Paris: L. Curmer, 1840-1842).
9
Margarita Ucelay Da Cal, Los españoles pintados por sí mismos (1843-1844) (México: El Colegio de México/Fondo de Cultura Económica, 1951), p.71.
10
Ibíd., p. 71 y ss.