Dibújanse en Él algunas de las Demostraciones de Despecho que se hizo el Infierno al restituir los usurpados Cultos a la Religión. En el vuelo del León de Fuego por el Volcán se alude a un Ídolo de cuatro pies que había muy célebre en la Isla Española; El cual ataban los Indios porque solía huir al Campo; Y ejecutando lo mismo cuando llegó Colón, y su Armada, nunca lo volvieron a hallar.
Insinúase con el Volcán los muchos que hay en aquel Nuevo Mundo, como más difusamente se expone en el Libro séptimo.
Aurinda abrazada con Jacinta, precipitándose Ciega, y Muriendo sola, es expresión del funesto precipicio que indujo a los Indios el olvidar la primera veneración con que recibieron a los Extranjeros; Siendo Jacinta alegóricamente España, y Aurinda la América.
El Nuevo Mundo
Poema Heroico de Don Francisco Botello de Moraes y Vasconcelos.
1 | ||||
A Este tiempo en las Tierras ignoradas | ||||
todo presagios era, todo horrores, | ||||
efecto de ser a ellas fulminadas | ||||
con la Invidia sus Huestes de furores. | ||||
Nunca el Mundo con señas tan airadas | ||||
avisó el Cielo ruinas superiores, | ||||
como hizo allí el Abismo en triste amago | ||||
anticipada exequia al propio estrago. |
2 | ||||
Más de un Sol muchas veces mostró el día | ||||
teñido en sangre su arrebol ardiente; | ||||
y en el Zenit tal vez lo obscureciera | ||||
de aves nocturnas niebla balbuciente. | ||||
En medio de los Pueblos se atendía | ||||
al aullar de las fieras impaciente | ||||
rasgábase la Tierra, y numerosas | ||||
vertía al Mundo formas espantosas. |
3 | ||||
Desprendida del Sacro azul engace | ||||
caerse vía la Luna en rapto obscuro, | ||||
como infaustas tal vez sus lumbres hace | ||||
la fuerza infiel del Thésalo conjuro. | ||||
Corrió llamas el Mar con que deshace | ||||
cuanto inunda a aquel Orbe mal seguro; | ||||
y en mil ríos que bañan su Horizonte | ||||
nadó en la faz del Día el Flegetonte. |
4 | ||||
Viose de los Cometas el sangriento | ||||
ardor, que entre las obras superiores | ||||
siendo criados, bajan sólo al viento | ||||
a avisar muertes, a explicar horrores. | ||||
Atónitos balar humano acento | ||||
oyeron a las Reses los Pastores; | ||||
nacieron monstruos; púsose en huida | ||||
viendo el Parto la Madre estremecida. |
5 | ||||
Entre las aves que con bronco agüero | ||||
anegaban el Aire infaustamente | ||||
una se halló espantosa que de acero | ||||
Lámpara horrible descogió en la frente. | ||||
Víase en sus reflejos un guerrero | ||||
Ejército marchar de extraña gente | ||||
que infundiendo al furor mayor desmayos, | ||||
regía brutos, y esgrimía Rayos. |
6 | ||||
Esto mismo en las Noches repetido | ||||
mil veces mostró el Aire de iras lleno, | ||||
asustando las Tierras, confundido | ||||
a batallas el diáfano Terreno. | ||||
Con truenos su Región imitó el ruido | ||||
del Desorden Marcial que imita el trueno; | ||||
y por lides formar en nada impropias | ||||
nubes de polvo son las Nubes propias. |
7 | ||||
De aquellas negras bóvedas, adonde | ||||
sus Muertos estas gentes reservan, | ||||
cuando ya la alta Noche el Mundo | ||||
funestos alaridos se escuchaban. | ||||
La voz que en sus Oráculos responde | ||||
luctuosos gemidos perturbaban; | ||||
llovieron Rayos, y con fiero ejemplo | ||||
víctima fue sus lumbres más de un Templo. |
8 | ||||
Barrieron con espíritu sangriento | ||||
infernales allí respiraciones | ||||
cuanto vapor lluvioso alto elemento | ||||
presta el Campo a fecundar los dones. | ||||
Prolijo Estío con horror violento | ||||
fueron todas del Año las porciones, | ||||
desvaneciendo al Labrador la Tierra | ||||
las esperanzas que en el surco encierra. |
9 | ||||
Discordes iras, y Odio en los Mortales | ||||
las llamas del Abismo introdujeron; | ||||
y en duras guerras contra sí, parciales | ||||
de sus desgracias los Humanos fueron. | ||||
Con riscos de Hombres luego, que a fatales | ||||
pestilentes contagios perecieron, | ||||
entre aquellas Montañas a emulalles | ||||
Cordillera segunda eran las Valles. |
10 | ||||
Mas la tierra que más del fulminante | ||||
Ceño Infernal vio el ímpetu maligno | ||||
fue la Isla a quien después Colón triunfante | ||||
dio la Española el Nombre peregrino. | ||||
Deste feliz terreno, en quien vagante | ||||
había de fundar el Ligurino | ||||
para alto fin la Población primera, | ||||
se vengaba la Estigia más severa. |
11 | ||||
Hubo cerca de la Isla otra pequeña | ||||
porción de tierra casi continente, | ||||
cual la antigua Memoria nos enseña | ||||
era Ortigia a Trinacria floreciente; | ||||
donde entre hermosa selva que halagüeña | ||||
sus valles esmaltaba felizmente | ||||
con fábricas vivió de fausto escasas | ||||
Población pobre de esparcidas Casas. |
12 | ||||
Hacía sombra al poco numeroso | ||||
Villaje, un Risco que un Volcán esconde, | ||||
cuya cumbre en taladro portentoso | ||||
como el Etna al Abismo corresponde; | ||||
tal vez humo vertía, y proceloso | ||||
fue de peñascos Víbora, por donde | ||||
dientes de ascua a morder el Día eterno | ||||
los tósigos fulminan del Averno. |
13 | ||||
Aquí de sus fierísimos Encantos | ||||
obrar la Invidia el más horrendo quiso; | ||||
por mucho tiempo al Monte sus espantos | ||||
estremecieron con funesto aviso. | ||||
Formaba el susto de temblores tantos | ||||
un estruendo en las quiebras indeciso | ||||
como agitados de gran viento a solas | ||||
los distantes murmureos de las Olas. |
14 | ||||
Hasta que ya una tarde haciendo ultraje | ||||
al Cielo, acreditó la cumbre impía | ||||
que era el mugir, rumores del viaje | ||||
con que Mil Muertes lo interior movía; | ||||
Así sin duda cuando al Mundo ataje | ||||
la saña del airado último día | ||||
querrá el Infierno pródigo en vestiglos | ||||
ver los Infantes devorar los Siglos. |
15 | ||||
Enfurécese el Risco, y aun mugiendo | ||||
vivo jayán lo temen las Esferas; | ||||
los peñascos sacude, arroja horrendo | ||||
los árboles al Viento, y las Riberas; | ||||
trastornando infundiendo el mortal luto | ||||
Bramido al Monte, y Terremoto al Bruto. |
16 | ||||
Contra lo Eterno (¡horrible maravilla!) | ||||
rotos los grillos que su mármol graban | ||||
se dispara la Sierra; atroz cuchilla | ||||
su pedernal las Nubes recelaban. | ||||
Furiosos sus Escollos en la Orilla | ||||
lejos al Mar las ondas arrojaban; | ||||
náufrago aquel en el Mar de inquietas breñas, | ||||
eran las Olas Naves de las Peñas. |
17 | ||||
Contra sus riscos, lleno de furores, | ||||
se da el mismo; sus cumbres mismas muerde; | ||||
fulminase en peñascos voladores, | ||||
rómpese en grutas que el guarismo pierde. | ||||
Porque en él no prendiesen los ardores | ||||
despedazaba el gran vestido verde; | ||||
y con rabia que enciende sus entrañas | ||||
se rasgaban el rostro sus Montañas. |
18 | ||||
Vomitaba con furias Infernales | ||||
entre regüeldos, y hórridos bramidos, | ||||
Azufre, Pez, Salitre, y Pedernales | ||||
con humos, y cenizas confundidos. | ||||
Huyó el Sol, recelando sus fanales | ||||
que los deje del todo obscurecidos | ||||
el macizo borrón que Ardor perverso | ||||
derrama al lienzo allí del Universo |
19 | ||||
Lidian unas con otras en el Viento | ||||
las peñas que arden entre horror inmundo; | ||||
al Aire en mármol vago, a quien da aliento, | ||||
es Bóvedas pendiente el Profundo. | ||||
La Tez el Centro amenazó; y violento | ||||
sobre la Artesa, que tramó Dios mismo, | ||||
telas del Cielo se cernió el Abismo. |
20 | ||||
Llevada de los ímpetus del Noto | ||||
su horrenda Nube, túmulo del Día, | ||||
en partes por el Aire a espantos roto | ||||
se macizaba, en partes se extendía; | ||||
Borbollaban sus nieblas terremoto; | ||||
muchos de un globo el Humo producía: | ||||
dijeras que esta vez bárbaro Anhelo | ||||
Montes de Montes conspiraba al Cielo. |
21 | ||||
Medio Orbe, y medio Cielo en atroz Marte | ||||
discordes vieras; vieras escupido | ||||
por Caribdis de peñas, a esta parte | ||||
esotro Mundo, y Cielo en furia unido. | ||||
A tanta marcha ruido atroz reparte | ||||
horrendo Parche el Monte sacudió; | ||||
son sangrientas Banderas, tremoladas | ||||
entre el Humo las rojas llamaradas. |
22 | ||||
Sobre entrambas las Islas el movible | ||||
Toldo sus noches dilató inclementes, | ||||
impidiendo otra Tierra de humo horrible | ||||
que el Cielo miren las absortas gentes. | ||||
¿Tiemblan con el temblor de lo Insensible | ||||
pálidos, y mal vivos los Vivientes; | ||||
que mucho si en horror vían profundo | ||||
negarse el Cielo, al deshacerse el Mundo? |
23 | ||||
Muchos en la Española Isla agitada | ||||
piedras los finge el Centro palpitante; | ||||
vagó en el terremoto la Morada; | ||||
quedó al asombro inmoble el habitante. | ||||
Otros (al fatal susto enajenada | ||||
la misma suspensión) en tropa errante | ||||
sin sentido corriendo sus mansiones | ||||
se derraman en ciegas confusiones. |
24 | ||||
Quien al Templo corría desvelado | ||||
de los Diosos buscando el brazo amigo; | ||||
y viéndolo caer temió asustado | ||||
del Sacro Techo el desleal abrigo; | ||||
Quien huye a la Campaña del poblado; | ||||
quien al Campo abandona lo enemigo; | ||||
muchos al Monte van, cuando extranjeras | ||||
corren al Pueblo atónitas las Fieras. |
25 | ||||
Mas en Todo la angustia se encontraba; | ||||
volvía la Madre con dolor propicio | ||||
al ¡ay! que tierno el hijo pronunciaba | ||||
sepultado de algún roto Edificio. | ||||
En las bocas que el Suelo desgarraba | ||||
pender vía con yerro propicio | ||||
al Amante la Esposa, y en vano fina | ||||
tendió los brazos a impedir la ruina. |
26 | ||||
Desde el Aire abrasado, y luctuoso | ||||
rayó a las peñas, peñas son crecidas; | ||||
dejar quieren (granizo portentoso) | ||||
las Tierras por sí propias destruidas. | ||||
Las queman las Cenizas con rabioso | ||||
contacto de las llamas concebidas, | ||||
y a muchos sepultando en Montes, era | ||||
su diluvio Infernal Urna, y Hoguera. |
27 | ||||
Así gemía en ruinas vinculado | ||||
aquel Pueblo al más duro sentimiento; | ||||
cuando hacia la Isla del Volcán airado | ||||
guió sus ojos un mayor Portento. | ||||
Vieron de obscuro fuego desatado | ||||
todo el Risco vestirte en un momento, | ||||
donde la Vista que difunta yerra | ||||
encontró una ascua si buscó una Sierra. |
28 | ||||
Y luego de entre el Humo, y los Ardores | ||||
vieron salir gran Monstruo, que sangriento | ||||
vertiendo llamas, fulminando horrores | ||||
toda encendía la Región del Viento. | ||||
Sin duda eran del Orco sus furores | ||||
último esfuerzo contra el Firmamento, | ||||
por quien todo a exhalar su Barbarismo | ||||
en una Fiera se agregó un Abismo. |
29 | ||||
Calle la Antigüedad cuanto espantoso | ||||
Fantasma imaginaron sus ficciones; | ||||
pues nunca así expusieron lo horroroso | ||||
en Quimeras, en Hidras, o en Pitones. | ||||
Vosotras, Musas, que su Ardor furioso | ||||
temisteis aun del Cielo en las mansiones, | ||||
dadle ahora en mi Idea nuevo aliento; | ||||
ya que puede hacer Caso del Pensamiento. |
30 | ||||
En forma de León dejó advertirse, | ||||
y alas batió de llama el Monstruo ciego, | ||||
si es que podían miembros distinguirse | ||||
en un volante Cáucaso de fuego. | ||||
De la Frente, y del Cuello vio esparcirse | ||||
la greña con feroz desasosiego; | ||||
Rayos las hebras eran; ni en su ensayo | ||||
perdió los Crespos ímpetus el Rayo. |
31 | ||||
De su Frente adornó la pesadumbre | ||||
un Diadema de hogueras Imparciales, | ||||
cual de algún Monte ardiéndose la cumbre | ||||
la ciñe el fuego en puntas desiguales. | ||||
Anegaban su aspecto en fiera lumbre, | ||||
reventando con ceños Infernales | ||||
dos segundos Volcanes sus enojos | ||||
en las vastas Cavernas de sus Ojos. |
32 | ||||
Todo el Aire estrechaba en triste hoguera | ||||
el Pecho que abultaba el Monstruo vano; | ||||
menos capaz, menos ardiente fuera | ||||
si permitiera verse el Sol cercano. | ||||
El Anca derribada enciende fiera | ||||
las Tierras, enjugando el Oceano; | ||||
y della errante en tempestad inquieta | ||||
ondeó por Cola un hórrido Cometa. |
33 | ||||
La lengua abrasadora se desboca, | ||||
y añade de su aliento el fuego interno, | ||||
fingiendo que en la Quiebra de su Boca | ||||
nazcan todos los Ríos del Infierno. | ||||
A batallas su cólera provoca | ||||
con garra desmedida el Solio eterno; | ||||
cada Brazo un Atlante fue tirano; | ||||
muchos Riscos de fuego cada Mano. |
34 | ||||
Cuando esta Fiera se entregó a los Vientos, | ||||
y en llamas se vio el Monte derretido | ||||
pronunciaron sus ímpetus sangrientos | ||||
el más ruidoso trueno enfurecido. | ||||
Llenáronse de horror los Elementos; | ||||
temiendo que Cadáver quiere externo | ||||
ser de la Tierra el Alma del Averno. |
35 | ||||
Mas a Breves instantes (apartada | ||||
de aquel paraje la Visión impía) | ||||
los de la Isla Española, sosegada | ||||
la Tierra vieron, y cobrado el Día. | ||||
Poco a poco al aliento se traslada | ||||
el ánimo que en todos fallecía; | ||||
ya los vuelve a sus Pueblos sin pesares | ||||
el Amor dulce de los propios Lares. |
36 | ||||
A más aliento luego reducidas | ||||
sus gentes, olvidando los temores, | ||||
intentan ir a ver compadecidas | ||||
de la Isla del Volcán los Moradores. | ||||
Ocupan las Canoas prevenidas, | ||||
dan impulso a los Remos nadadores, | ||||
y felices del Mar la Espalda graban | ||||
los que antes en la Tierra naufragaban. |
37 | ||||
No de otra fuerte, cuando en broncos ruidos | ||||
Montes confunde el Venatorio estruendo, | ||||
a las grutas se acogen afligidos | ||||
los Brutos que estremece el eco horrendo; | ||||
Mas cuando ya a quietud restituidos | ||||
ven los Campos, dudosos van saliendo, | ||||
hasta que a beber vuelven sin cuidado | ||||
los fragrantes Espíritus del Prado. |
38 | ||||
Llegaron las Canoas; Mas ¡oh horrible | ||||
de la Muerte extendido imperio ufano! | ||||
Mueren las Tierras, y de lo Insensible | ||||
Urna es al Esqueleto el Oceano. | ||||
A toda la Isla en que existió el terrible | ||||
Volcán, la sepultaba el Mar tirano; | ||||
sin duda al ver lo que hospedaba dentro | ||||
con furioso temor se Caló al Centro. |
39 | ||||
Ya deshiciesen su verdor remoto | ||||
Espíritus (de Apolo fomentados) | ||||
que presos en los Montes, Terremoto, | ||||
y Viento son si su ser dejasen roto | ||||
Metales que lo unían condensados, | ||||
todo se hundió en las Aguas transparentes | ||||
Casas, Árboles, Campos, y Vivientes. |
40 | ||||
Un breve Risco sólo se atendía | ||||
de la ruina en las Ondas perdonado; | ||||
y un Hombre en él, que innoble parecía | ||||
aun más que suspendido inanimado. | ||||
Tu fuiste, o Aucolo, amante a quien debía | ||||
menos turbada gloria su cuidado; | ||||
mas si Amor te destina a un fin violento, | ||||
a inmensa edad te llevará mi Acento. |
41 | ||||
Sentado en la alta Peña reclinaba | ||||
sobre la Diestra mano el rostro yerto; | ||||
el Rostro, donde pálido explicaba | ||||
la Congoja más viva el Color Muerto. | ||||
Congeladas las Cejas erizaba, | ||||
las pestañas abría en pasmo incierto; | ||||
nada en él se movía; que aun deshecho | ||||
saltó el impulso con que late el Pecho. |
42 | ||||
Negado el triste a todo aquel Contexto | ||||
que algún tiempo en edad gozó dichosa, | ||||
ni aún lloraba; que en hondo arrobamiento | ||||
lo sepultaba la ansia rigurosa. | ||||
Quitole el Monte en su furor violento | ||||
la Patria, Amigos, Bienes, y la Esposa; | ||||
quedaba el Llanto; y deste aún lo enajena | ||||
Volcán nuevo a sus Lágrimas su Pena. |
43 | ||||
Ningún Indio en la errante Compañía | ||||
de las Canoas al dolor resiste, | ||||
viendo del Pueblo amigo que inquiría | ||||
cuan pequeña infeliz memoria existe. | ||||
El bullicio que un tiempo allí se oía | ||||
hallaron vuelto en un Silencio triste, | ||||
sólo el Mar junto al Risco murmuraba, | ||||
como que tierno de la Ruina hablaba. |
44 | ||||
Por ver si Aucolo vive, Cuidadosos | ||||
a la Peña se arrojan velozmente; | ||||
Aucolo, que en desmayos espantosos | ||||
ni vuelve a verlos, ni sus pasos siente. | ||||
Llegaron; y Ciñendo pesarosos | ||||
el dudoso tristísimo Viviente, | ||||
con vaivenes, y voces que conciertan | ||||
del pesado Letargo lo despiertan. |
45 | ||||
Cual la Fiera magnánima que al Prado | ||||
rugientes leyes Coronada presta, | ||||
si la encuentra tal vez un desgajado | ||||
Risco, yace mal viva en la Floresta; | ||||
Y cobrándose ya, bien que ignorado | ||||
esté el Contrario que su horror infesta, | ||||
vuelve rabiosa con herir profundo | ||||
la Tierra amenazando, el Mar, y el Mundo; |
46 | ||||
Así Aucolo del Risco, y de los lazos | ||||
del pasmo infiel, se levantó furioso; | ||||
Estremeciose inquieto, abrió los brazos, | ||||
y mirando el Impíreo luminoso; | ||||
Injustos Dioses (dijo) que en abrazos | ||||
de luz ceñís la Tierra, y el Golfo undoso, | ||||
¿quién influye en los pechos Celestiales | ||||
tan sangrienta aversión a los Mortales? |
47 | ||||
¿Qué error contra vosotros ha podido | ||||
mi diestra cometer, que así a mi Estrella | ||||
el Cielo, el Mar, con tan monstruoso ruido, | ||||
la Tierra, y el Abismo la atropella? | ||||
¿Fue acaso, Invidia de mi Bien, perdido? | ||||
¿Quién duda, pues que quiso Aurinda bella, | ||||
que airados arden invidioso anhelo | ||||
el Abismo, la Tierra, el Mar, y el Cielo? |
48 | ||||
Indigno Padre de la luz, que errantes | ||||
viertes en Lienzo azul borrones de Oro; | ||||
y tú, si es que alguno hay que a los Amantes | ||||
presida, oh ingrato Dios que en vano adoro; | ||||
Si me apaga las glorias más brillantes | ||||
el Mar, donde con otro Mar las lloro, | ||||
¿por qué hacéis que en mi aliento detenida | ||||
a despecho del Alma arda la Vida? |
49 | ||||
Mas no, no hay Dios alguno; producidos | ||||
por si han sido esos Páramos lucientes; | ||||
y sus Faroles, del Acaso asidos, | ||||
son cuajados Relámpagos pendientes. | ||||
Si fueran las Deidades, si atendidos | ||||
vivieran sus impulsos eminentes, | ||||
(¡ay Aurinda!) Anegará el Golfo obscuro | ||||
de lo Divino el Crédito más puro? |
50 | ||||
Espíritu gentil, en quien violento | ||||
fuego se opuso a mi amorosa llama, | ||||
si ya este Mar no vuelas, dando aliento | ||||
a tu Aucolo infeliz que tanto ama, | ||||
Pues de tus Ojos sólo al Firmamento | ||||
es debida la acción que el Cielo aclama, | ||||
vuelve a esta Roca, y en su Templo triste | ||||
recibe el Alma de quien Alma fuiste. |
51 | ||||
Y ya que el Golfo injusto en sus moradas | ||||
dio profundo a tu Aurora infausto lecho, | ||||
fulminen su Cristal precipitadas | ||||
las vivientes Centellas de mi pecho. | ||||
Dijo: y para arrojarse en las saladas | ||||
Ondas, como lo induce su despecho, | ||||
con nueva palidez corrió anhelante, | ||||
al Mortal confundiendo con la Amante. |
52 | ||||
Estorbaron su impulso los Isleños, | ||||
mas el Triste entre todos forcejeando | ||||
busca obstinado del morir los ceños | ||||
a unos, y otros hurtarse procurando. | ||||
Acusa a todos porque los empeños | ||||
de su ruina embarazan porfiando; | ||||
y ellos instan; vistiendo en su extrañeza | ||||
semblante de Batalla la Fineza. |
53 | ||||
Procuran consolarlo; mas en vano; | ||||
porque ya es su mayor dolor su vida; | ||||
llama homicida fiero; y inhumano | ||||
al que le estorba ser fiero homicida. | ||||
¿Por qué (suspira) a un infelice Humano | ||||
aumentáis penas, Gente fementida? | ||||
¿Por qué a mis ansias le negáis la Muerte? | ||||
¿A Aucolo aún tiene que quitar la Suerte? |
54 | ||||
Rindiose al fin cansado de la lucha; | ||||
mas prosiguiendo en la hórrida agonía | ||||
porque veáis que asciende a ruina mucha | ||||
librarme ahora del morir (decía) | ||||
mi Historia oiréis; tendrá cuando la escucha | ||||
vuestra atención la Muerte que impedía, | ||||
si cabe del Dolor, y del Despecho | ||||
la parte en vuestro Oído que en mi Pecho. |
55 | ||||
En ese fondo, en Cuyas verdes Gramas | ||||
animadas del Céfiro otras veces, | ||||
son estorbo a las Ovas hoy las Ramas, | ||||
son las Fieras escándalo a los Peces; | ||||
En esa Isla fue, y murió en las llamas, | ||||
nací infeliz; ¡oh trágicas niñeces! | ||||
¿Qué mucho (¡ay Dios!) Que viva, y se eternice | ||||
más que los Montes quien nació infelice? |
56 | ||||
A amar viví; Desde aquel tierno instante | ||||
fueron siempre finezas mis deseos, | ||||
mi ignorar Ciego Ceguedad amante; | ||||
queja el llanto, suspiros los gorjeos; | ||||
El no hablar, turbación era constante; | ||||
el no ver, amorosos devaneos; | ||||
hallándose en mi Ser recién nacido | ||||
antes los Sentimientos que el Sentido. |
57 | ||||
Milagro fue de una Deidad que hacía | ||||
al mismo tiempo Cielo estas Regiones; | ||||
digo la Bella Aurinda, que en el día | ||||
que nací amaneció mil perfecciones. | ||||
Amor, que estrenar juntos Luz nos vía, | ||||
hirió los mal Vivientes Corazones; | ||||
introduciendo, de su dulce abismo, | ||||
a un mismo Respirar, un fuego mismo. |
58 | ||||
Las almas, al formarnos, esos rojos | ||||
Solios de Luz, sin duda equivocaron; | ||||
tanto entrambas, cediendo a Amor despojos, | ||||
unirse al otro Aliento procuraron. | ||||
Mi Animación latía allá en sus Ojos, | ||||
en mi Pecho su Luces palpitaron, | ||||
siendo siempre en ternísimos Compendios | ||||
sus Ojos Vidas, y mi Pecho Incendios. |
59 | ||||
Cuando de mí apartaban su Belleza | ||||
nuestro Pueril sollozo allí empezaba; | ||||
fui a seguirla, mas ¡ay! que la Firmeza | ||||
de mi Afecto a mis plantas le faltaba. | ||||
Luego a volver a vernos, la Fineza | ||||
en balbuciente Risa se explicaba; | ||||
la primer Voz que pronunciamos sólo | ||||
a Aucolo Aurinda fue, y a Aurinda Aucolo. |
60 | ||||
Crecimos, y el Ardor también crecía | ||||
con las tierras medulas a encendellas; | ||||
y a natural recato persuadía | ||||
furtivas a explicar nuestras Centellas. | ||||
Su Madre rigurosa la reñía | ||||
que a solas atendiese mis querellas; | ||||
Callé; y mi Corazón más se abrasaba; | ||||
encubríalo yo, y él se arrancaba. |
61 | ||||
Arrancábase ansioso; y otro tanto | ||||
a Aurinda su sentir costó oprimido; | ||||
sola sabía la Noche el dulce encanto | ||||
del recíproco incendio apetecido. | ||||
Mas ¿qué no enseña Amor? hicimos tanto | ||||
que nuestro ardor Creyeron reprimido: | ||||
Más de una vez, sin nota de quererla, | ||||
entre sus Deudos pude hablarla, y verla. |
62 | ||||
Si un tierno Hermano, que era blando peso | ||||
de sus brazos tal vez, mi sol besaba, | ||||
yo famélico luego el dulce beso | ||||
de la boca del Niño arrebataba. | ||||
Si bebía, la Sed su ardiente exceso | ||||
en mi infundía; el Vaso procuraba, | ||||
y el la parte bebí que sin agravios | ||||
encendió la Onda en ascuas de sus labios. |
63 | ||||
En mirando a otra parte la severa | ||||
Madre, luego a mirarnos los dos fuimos; | ||||
y con vista entendiéndonos parlera | ||||
astutos de engañarla nos reímos. | ||||
Tal vez conté una Historia lastimera | ||||
de Amor; y cuando al fin solos nos vimos, | ||||
Yo que Amor verdadero (la decía) | ||||
era el fingido Amante, Aurinda mía. |
64 | ||||
¡Cuántas veces (¡oh cuantas!) Los Hijuelos | ||||
en las Ramas hurté a las Avecillas! | ||||
¡Cuántas nadando en los salados hielos | ||||
traje el Coral del fondo a las Orillas! | ||||
Y ¡oh cuántas en el Prado a mis desvelos | ||||
cedieron las fragrantes maravillas! | ||||
Todo servía a mi amoroso empeño | ||||
siendo apacible Víctima a mi Dueño. |
65 | ||||
Y amaba Todo, del afecto mío | ||||
las bien nacidas llamas adulando; | ||||
la Fiera ardía, y la Espesura; el Río | ||||
vagaba entre las Flores sollozando; | ||||
El Ruiseñor su amante desvarío | ||||
con más sentida voz gimió Cantando; | ||||
y ternuras de Amor dio al Horizonte | ||||
en fuentecillas derretido el Monte. |
66 | ||||
Mas, ¡oh Gloria de Amor siempre inconstante! | ||||
Y ¡oh fugitivo Bien, que es en el Viento | ||||
para afligir el Pensamiento amante | ||||
más vago que el amante Pensamiento! | ||||
¿Quién la Suerte lograr podrá constante, | ||||
cuando en Aurinda, y en mi fiel tormento | ||||
aun no entibió sus trágicos enojos | ||||
Llama tan pura, o tan Divinos Ojos? |
67 | ||||
Hubo un pequeño Escollo matizado | ||||
de cuanta hermosa pompa el Valle afina; | ||||
de quien parece que llovía al Prado | ||||
su inundación de Rosas peregrina. | ||||
En una Fuentecilla desangrando | ||||
vierte doliente el Alma Cristalina; | ||||
y en el Regazo de su Margen breve | ||||
descansa del desmayo de su Nieve. |
68 | ||||
Mil Árboles que entorno animó undoso | ||||
del Sol lo encubren con verdor tejido; | ||||
Misterio lo hacen de la Selva, oh hermoso | ||||
de verde Cuerpo corazón florido. | ||||
No llega aquí de Fiera el pie espantoso, | ||||
pintadas Aves sólo en blanco nido | ||||
con tierno acento que su Amor restaura | ||||
dulces se arrullan si las mece el Aura. |
69 | ||||
De aquí (la Espalda a un Árbol arrimada) | ||||
estaba yo mirando el Mar un día, | ||||
cuando el Cemí que de mi Patria amada | ||||
en el Templo más Noble presidía, | ||||
se apareció a mis Ojos; perturbaba | ||||
la Floresta tembló, y la atención mía; | ||||
moviéronse los Ramos, y como ellos | ||||
Trémulos se erizaron mis Cabellos. |
70 | ||||
Amante descuidado, a quien espera | ||||
grande Martirio (dijo el Dios horrendo; | ||||
el Dios, que en forma vi de Sierpe fiera | ||||
con el Pecho torcido el Aire hendiendo) | ||||
Llamas, y Espumas tu amorosa Hoguera | ||||
turbarán, sus ardores extinguiendo; | ||||
prevén tu esfuerzo; Dijo: y remontado | ||||
volvió a dejar sin Miedo al Sol, y el Prado. |
71 | ||||
Corrí; y a Aurinda le conté el Abismo | ||||
de Dolor que fatal nos amenaza; | ||||
y della escucho que el aviso mismo | ||||
el mismo Dios a su atención enlaza. | ||||
Lloramos; discurriendo el parasismo | ||||
¿cuál será que el Destino infiel nos traza? | ||||
Mas no Cupo aun del miedo en la vehemencia | ||||
el mal que luego Cupo en la Paciencia. |
72 | ||||
A pocos días la Aflicción expresa | ||||
vimos, llegando a nuestra Patria clara | ||||
las Fieras Gentes que la Humana presa | ||||
dan al vientre tal vez, tal vez al Ara. | ||||
Entre las Vidas que su Escuadra apresa. | ||||
quiso el Hado que el daño me tocara: | ||||
¿Qué no hice? ¿Qué no dije? ¡Oh Cielo! ¡Oh Suerte! | ||||
Bien merecí, Lidiando, hallar la Muerte. |
73 | ||||
¡Mas ay! Vencido, Preso, Despreciado, | ||||
(y ¡oh en mis congojas la mayor!) Ausente, | ||||
me hallé en el Mar con otros, entregado | ||||
a un Leño en la alta espalda transparente. | ||||
Quejas di al Cielo, al Risco, y al salado | ||||
Mar tristes olas de sollozo ardiente; | ||||
mas de mi llanto a las angustias hondas | ||||
fueron Riscos los Riscos, Dioses, y Ondas. |
74 | ||||
En cada aliento el último se ensaya | ||||
truncados todos con el ansia fuerte; | ||||
cada acabar con ver la amada playa | ||||
fue un empezar sin Alma a ver mi Muerte. | ||||
Cada instante el Aliento más desmaya | ||||
viendo más Lejos mi adorada fuerte; | ||||
más se apaga cuanto es más la huida | ||||
Lejos del Corazón tibia mi Vida. |
75 | ||||
Mas bien que en tanta horrible infausta llama | ||||
me abrasaba la angustia fementida, | ||||
no la Ausencia, aun que atroz muerte se llama, | ||||
sola mi ruina entonces fue crecida. | ||||
Hubo tiempo que puso en mi otra Dama | ||||
su Inclinación, de mi nunca admitida, | ||||
y por turbar mi Amor (tanta ira nuestra) | ||||
le dijo que yo amaba en la Isla vuestra. |
76 | ||||
Llorolo Aurinda entonces, y aunque luego | ||||
la satisface, siempre aquella duda | ||||
le dejó huellas del espanto ciego | ||||
que imprimió en ella la Sospecha ruda. | ||||
En tanto pues que al Piélago me entrego | ||||
Cautivo, nuevo engaño Aquella anuda; | ||||
No fingió (dice) su prisión Aucolo, | ||||
Viaje, y Dueño ha disfrazado sólo. |
77 | ||||
Mas ya algún Dios con mis fortunas blando | ||||
me ofreció para entonces dicha suma; | ||||
Sacudir pude la Prisión, pasando | ||||
a mi Patria otra vez por la alta bruma. | ||||
Íbamos por el Mar tejer logrando | ||||
vago Manto de leño a inmensa Espuma; | ||||
aún la Tormenta huía, con extremo, | ||||
del ruido nadador de tanto Ramo. |
78 | ||||
Yo que en Librarme del afán pensaba | ||||
busqué siempre ocasión a tal ventura; | ||||
y vi una Noche que más sombra aunaba | ||||
casi dormir toda la Escuadra impura. | ||||
A que logre el huir me convidaba | ||||
la Confusión de la Tiniebla obscura, | ||||
y entre el lóbrego horror que reverencio | ||||
me estaba dando voces el silencio. |
79 | ||||
Como llevaban presa tanta Gente | ||||
nos dejaron (Ligados pies, y manos) | ||||
en Canoas que ataron tenazmente | ||||
a aquellas que ocupaban los Tiranos. | ||||
Y así con fuerte impulso sutilmente | ||||
romper pude los lazos inhumanos; | ||||
y aun sin estruendo derribado a Proa | ||||
desatar de las otras la Canoa. |
80 | ||||
Halleme a la mañana Libre, y Lejos | ||||
del riesgo, porque andando mucho había; | ||||
cuando del Cielo altísimos Consejos | ||||
a un portento, o su inmensa Luz me guía. | ||||
A una Isla llegué breve que en reflejos | ||||
venció las Galas del reciente Día; | ||||
(no de mis males) aun su hermoso Abismo | ||||
a Olvidados me redujo de mi mismo. |
81 | ||||
El Alma soberana (no, no pudo | ||||
ser Mortal, Perfección tan apacible) | ||||
vi de algún Numen, que entre un risco mudo | ||||
en forma de mujer se hizo visible. | ||||
Rendida se mostraba al Sueño rudo; | ||||
mas tan Divina, que con Luz plausible | ||||
del Bulto hermoso el Alma aun puesta en Calma | ||||
yerto me transformó Bulto sin Alma. |
82 | ||||
Díjela absorto: Oh tu del alto Cielo | ||||
Rayo en quien veo que todo Astro asista, | ||||
y en quien cegando la atención del Suelo | ||||
aun sobra de la Fe rapto a la Vista; | ||||
¿Qué importa que fiarte en mortal Velo | ||||
quieras de mi adorar a la Conquista, | ||||
si el Mar de tus Luceros aún ocultos | ||||
anega todo el Margen de mis Cultos? |
83 | ||||
Con razón grande (Asombro esclarecido) | ||||
al Letargo te entregas halagüeño, | ||||
pues porque hallarte en fin pueda el sentido | ||||
preciso fue que te escondiese el Sueño. | ||||
Y si aún deslumbra tu Esplendor dormido, | ||||
que fuera a no robar (oh inmortal Dueño) | ||||
de tu Vida esa Luz que en Calma advierte | ||||
esa extranjera Sombra de tu Muerte? |
84 | ||||
Pasmos ofrecen tus errantes huellas | ||||
al Sol que dejas, y Hombres a quien naces; | ||||
cual Flores quedan mustias las Estrellas, | ||||
las Flores Astros son de ardor capaces. | ||||
¿Qué fin te trajo a honrar sus hojas bellas? | ||||
Si lo fomenta nuestro Error, bien haces; | ||||
pues ¿quién querrá enojar su fiel Destino | ||||
viendo que es tan hermoso lo Divino? |
85 | ||||
Mas ¡oh! rompe ya el Sueño, y muda Calma | ||||
a que fías tus Ojos brilladores, | ||||
que es para mí más Luz que Vida, y Alma | ||||
este cegar de ver tus Esplendores. | ||||
Y aún mis Ojos quizá con dulce Palma | ||||
cobrarán así alientos superiores; | ||||
pues Ciego todo en mí, ya a tus beldades | ||||
sólo habrán de Cegar las Ceguedades. |
86 | ||||
Dije: y llegué mil veces procurando | ||||
despertarla del Sueño peregrino; | ||||
otras mil quedé inmoble; congelando | ||||
su nieve hasta el intenso en mi Destino. | ||||
A Ajar no me atrevía el Sueño blando | ||||
viéndole en Solio tanto allí Divino; | ||||
y adorado negábase a mi empeño, | ||||
siendo un Numen su Altar, Deidad el Sueño. |
87 | ||||
Ella entonces mi Error (¡ay Dios!) me avisa | ||||
desuniendo los párpados que inflama. | ||||
¡Oh cuánto me fue el Alma allí precisa | ||||
a Ardor que en Soles dos negros derrama! | ||||
Hierve el Amor allí, bulle la Risa, | ||||
nace inquieto el Deleite, y de su llama | ||||
cuando ascua es Todo en los hervores bellos, | ||||
siendo (¡oh pasmo!) Carbón quedaban ellos. |
88 | ||||
¡Mas ay! Que o por no ser tan mucho Rayo | ||||
de la Tierra, y del Mar riesgo forzoso | ||||
o por volver al Sueño en mudo ensayo, | ||||
desmayarse fingió el Portento hermoso. | ||||
Lo rojo perdió el Rostro; y del desmayo | ||||
la pálida blancura vistió ansioso: | ||||
tiniebla fue que en raro manto abroche | ||||
dos Días negros una blanca Noche. |
89 | ||||
Condújela a Barca, y con su auspicio | ||||
llego a la Isla; a Tlicalpo hallo devoto; | ||||
díceme que nada hable hasta el propicio | ||||
Solemne día que la ostente al Voto. | ||||
Paso al Villaje dando alegre indicio | ||||
de haber la Esclavitud infausta roto; | ||||
adora el Pecho a los que ya se inclina | ||||
mejores instrumentos de su ruina. |
90 | ||||
Con mi venida luego feneciendo | ||||
de Aurinda la ansia fue mal satisfecha; | ||||
sufrir no pudo mi presencia, siendo | ||||
(aleve en fin) cobarde la Sospecha. | ||||
Al dolor de la ausencia no atendiendo | ||||
el nudo de los brazos nos estrecha; | ||||
de nuestra Unión (fecunda así se indicia) | ||||
nace, al vernos, ya inmensa la Delicia. |
91 | ||||
Sus Padres luego a mi favor dispuestos | ||||
me abrazaron con vista placentera, | ||||
cesando no sé cuál razón que opuestos | ||||
antes los tuvo a mi amorosa Hoguera. | ||||
Siendo ya nuestros pechos manifiestos | ||||
quisieron que a ayer la Noche fuera | ||||
quien premise mi Afecto, que importuna | ||||
tanta ha feriado a la esperanza de Una. |
92 | ||||
¡Oh Cielo! ¡Oh Noche! ¡Oh incendio furibundo! | ||||
¿Diré vuestra impiedad? ¿Diré el Desvelo | ||||
en quien Cruel con lo Vital del Mundo | ||||
se desnudó de lo Divino el Cielo? | ||||
¿Diré entre al Odio, y Mar profundo | ||||
tanta inocente Vida? ¡Oh inmortal Velo! | ||||
Permítase al que oprimen tus Crueldades | ||||
la Infamia repetir de tus Deidades. |
93 | ||||
Ya la Luz con su rápida inconstancia | ||||
el Cielo en lo más alto honraba ardiente; | ||||
no hacen sombra los Riscos; su Constancia | ||||
puntal se finge al Rayo allá eminente. | ||||
Viendo sublime el sol a igual distancia | ||||
profundo allí el Ocaso, acá el Oriente, | ||||
parece duda entre uno, y otro paso | ||||
si rodará al Oriente, u ya al Ocaso. |
94 | ||||
En un Valle florido se extendieron | ||||
para el Convite, entre Carmín, y Gualda, | ||||
blancos manteles de algodón, que fueron | ||||
Nubes de nieve en Euro de Esmeralda. | ||||
Aquí los más de la Isla concurrieron | ||||
a aclamar de mis triunfos la guirnalda, | ||||
corriendo por las fauces a millares | ||||
tempestades preciosas de Manjares. |
95 | ||||
Fueron las horas todas dulce fiesta, | ||||
risas alegres, fiel desasosiego; | ||||
Cuando distinto mal en la floresta | ||||
se oyó de Voces, y Armas ruido ciego. | ||||
Con la infiel novedad que el Aire apresta | ||||
nos abstuvimos de las viandas luego; | ||||
Y absortos todos a escuchar el Ruido | ||||
mudos quedamos con atento Oído. |
96 | ||||
Así de errantes varios Conejuelos | ||||
pacífico Escuadrón en la espesura | ||||
muerde alegre tal vez los verdes velos | ||||
que el Prado visten de Esmeralda pura; | ||||
Y si algún ruido escucha, con desvelos | ||||
se suspende dejando la verdura, | ||||
sin que aún pague, de tímido, y de atento, | ||||
en la Respiración el Viento al Viento. |
97 | ||||
Tlicalpo entonces Sacerdote Santo | ||||
(Del cual ninguno fue más grato al Cielo) | ||||
llegó ansioso a nosotros, de su espanto | ||||
dando noticia aún sin su Voz su Anhelo. | ||||
Romped (dijo) quitad descuido tanto | ||||
en que os sepulta este florido Suelo; | ||||
¿Así a los Bienes olvidáis (Mortales) | ||||
la sucesión precisa de los males? |
98 | ||||
Llegó el último Día, llegó el fiero | ||||
trágico tiempo de la Patria nuestra; | ||||
todo traslada al Bárbaro Extranjero, | ||||
del Destino cruel la injusta diestra. | ||||
Tal tempestad de Ejército guerrero | ||||
llueve a la Tierra el Agua, que aún ser muestra | ||||
poca Nube el Mar todo a peregrinas | ||||
Centellas de Armas, Truenos de Bocinas. |
99 | ||||
Arde la Isla; Laméntase oprimido | ||||
al grave peso el Valle, al ruido el Viento; | ||||
Vese en medio del Pueblo, ya encendido, | ||||
el Adversario dominar sangriento. | ||||
En ciega lid turbado, y afligido | ||||
breve Escuadrón resiste a su Ardimiento: | ||||
En mil Huestes al Pueblo miré unidas | ||||
Muertes inmensas para inmensas Vidas. |
100 | ||||
Con tal aviso no hay quien no dejase | ||||
las Mesas; con gran prisa nos armamos, | ||||
encargando a Tlicalpo que apartase | ||||
las Mujeres, del riesgo que escuchamos. | ||||
Lloran Ellas, y al ver que se aumentase | ||||
en Ellas nuestro Bien, también lloramos; | ||||
Entre todas, gritando la Luz mía | ||||
más furiosa, y más bella, me decía: |
101 | ||||
¿Aucolo, Esposo, a cual angustia nueva | ||||
en tu ausencia me dejas riguroso? | ||||
¿Qué error (Cruel) sin mí, que Ira te lleva | ||||
a aún Morir cierto en el Lidiar dudoso? | ||||
¡Mísera! ¡A quién habrá que alientos deba | ||||
si eres mi Vida? Vuelve, vuelve, Esposo; | ||||
Llévame a que a un fin mismo el Alma rinda: | ||||
¿Así el llanto desprecias de tu Aurinda? |
102 | ||||
Cayó en tanto la Noche. Confundiendo | ||||
el Aire a horrores; Tembló luego el duro | ||||
rabioso Monte, al Cielo sacudiendo | ||||
Selva la tez, y Infierno el seno obscuro. | ||||
Armas, Desorden, Terremoto horrendo | ||||
se amasan, trastornando el Orbe impuro: | ||||
El Centro, el Aire a un tiempo, y la Isla encierra | ||||
bárbaras furias de espantosa Guerra. |
103 | ||||
.............................................................. | ||||
.............................................................. | ||||
.............................................................. | ||||
.............................................................. | ||||
.............................................................. | ||||
.............................................................. | ||||
.............................................................. | ||||
.............................................................. |
144 | ||||
Yo, viendo que la Patria destruida | ||||
ya al rencor enemigo se postrase, | ||||
y que aún sobró en su rabia desmedida | ||||
furia que el Risco trémulo heredase; | ||||
La más amada parte de mi Vida | ||||
busqué en Aurinda, a quien creí que hallase | ||||
donde Tlicalpo en protección segura | ||||
con los demás condujo su Hermosura. |
145 | ||||
Mas ¡ay! que apenas del Volcán funesto | ||||
los temblores sintieron, y el bramido, | ||||
cuando confusas, del seguro puesto | ||||
todas corriendo huyeron sin sentido. | ||||
Tal se esparce a la selva en vuelo presto | ||||
abandonando la quietud del Nido, | ||||
incauta Escuadra de Aves, cuando broncos | ||||
oculto Cazador mueve los troncos. |
146 | ||||
Buscarla determinó en la espesura | ||||
donde el Templo existió del Numen Santo | ||||
que un tiempo a prevenir la Suerte dura | ||||
se fió de mi Vista al ciego espanto. | ||||
Llego al Ara; y hallé la Deidad pura | ||||
extranjera, afectando el temor; tanto, | ||||
que a este Escollo en la ruina fulminante | ||||
(Que Atrio del Templo fue) corrió anhelante. |
147 | ||||
Seguila, a tiempo que la Gloria mía, | ||||
mi Aurinda a esta mansión también llegaba. | ||||
Mas ¡ay! que la Sospecha que algún día | ||||
tuvo, entre tanto Horror hoy descollaba. | ||||
Cuando el riesgo creció, Tlicalpo había | ||||
dicho que al Templo fuesen, donde estaba | ||||
un Dios en forma de una Dama, que antes | ||||
yo de Tierras allí traje distantes. |
148 | ||||
Discurrió Aurinda que es la Diosa aquella | ||||
Dama por quien bebió el veneno rudo | ||||
ya de los Celos; y que yo por Ella | ||||
a la Isla con cautela tal la mudo. | ||||
Ni el ropaje de Luz, que mucha Estrella | ||||
entretejió desengañarla pudo; | ||||
juzgaba que las telas Celestiales | ||||
he fingido con Piedras, y Metales. |
149 | ||||
¡Oh aleves Celos! ¡oh en la consonancia | ||||
de dos Almas, discorde horrible Acento! | ||||
¿Entendimiento sois de la Ignorancia, | ||||
y os pasáis más allá de Entendimiento? | ||||
Infernal Peste; Ciega Vigilancia; | ||||
Desesperar que espera, Muerto Aliento; | ||||
y Monstruos en cuyo Orbe sin recurso | ||||
Irracionalidad se hace el Discurso; |
150 | ||||
Bruto enigma, que no es cuando a ser llega; | ||||
del Daño propio Espíritu anhelante; | ||||
¿A qué Astro el Mundo así la Piedad niega | ||||
que os dio Cuna, otro Infierno a hacer volante? | ||||
Muera el que dice da vuestra Luz ciega | ||||
vigor, y esfuerzo al dulce incendio amante; | ||||
¿Cómo alma la Ser de Amor daréis, y esencia | ||||
si informáis de un No ser vuestra Existencia? |
151 | ||||
Corría por un Valle, que a estas breñas | ||||
fue verde pavimento, un erizado | ||||
raudal de Fuego que (oh Volcán) despeñas, | ||||
Riego de horror, y escándalo del Prado; | ||||
Cuando Aurinda furiosa, dando señas | ||||
con mirar fiero de su atroz cuidado, | ||||
se abrazó a la Deidad, y en el prolijo | ||||
fuego con Ella al arrojarse dijo: |
152 | ||||
Tirana, que la Paz injustamente | ||||
turbas de mis afectos con fiereza; | ||||
a vengarme, a vengarme hoy solamente | ||||
tal furia el Acabar del Mundo empieza. | ||||
A mi pecha hurta impulsos; obediente | ||||
revienta a mi furor Naturaleza: | ||||
Muramos, pues, y (cual la amante Suerte) | ||||
muriendo horrible, usurparme la Muerte. |
153 | ||||
Y tú injusto inhumano aleve amante, | ||||
que Deidad la quisiste hacer al Ruego; | ||||
mira como su Numen, puede hollar el Fuego. | ||||
Tendremos en la atroz Llama espumante | ||||
Ella Altar, y mi Error Sepulcro ciego; | ||||
antes (oh Ingrato) ya; que en sus injurias, | ||||
arder elijo en tan horrendas furias. |
154 | ||||
Dijo: Y cayó infeliz. ¡Oh fementida | ||||
gloria del Amor! Detente, Esposa amada, | ||||
detente; ¿Así procuras la encendida | ||||
Muerte huyendo de mí precipitada? | ||||
Mas ¿qué aliento podría en ti ser Vida, | ||||
si a tan profunda angustia despeñada, | ||||
a tu ya en ti erizaron tus desvelos | ||||
el Precipicio horrible de los Celos? |
155 | ||||
Yo la vi; yo la vi, en el Aire vano | ||||
volviendo airados hacia mí los Ojos. | ||||
Mas ¿qué nuevo Letargo ya inhumano | ||||
(como entonces) me anuda enojos? | ||||
En la Memoria el Caso (¡ay Dios!) tirano | ||||
la Luz me hurta; al morir sirvo despojos: | ||||
falta mi Acción; ya el Alma es fuerza rinda; | ||||
mira lo cierto de tu Error, oh Aurinda. |
156 | ||||
Llegando Aucolo aquí, tanta congoja | ||||
lo aflige al acordarse del suceso | ||||
que interrumpido el Respirar lo arroja | ||||
de Letargo mortal a horrible exceso. | ||||
El Recuerdo que trágico lo enoja | ||||
lo hace desfallecer del Susto al peso; | ||||
Muere; Y en ella viendo huir su Gloria | ||||
deja el Alma por irse a la Memoria. |
157 | ||||
Envuélvelo en la arena su Despecho | ||||
ya sin Color, sin Voz, sin Vista clara; | ||||
el Corazón se le partía; al Pecho | ||||
los brazos junta, y luego los dispara. | ||||
A la Ansia horrible su Vivir deshecho | ||||
con respirar difícil se declara; | ||||
Ceden al fin vencidos, y mortales | ||||
del Espíritu Amante los Vitales. |
158 | ||||
Joven glorioso; en Cuanto la influencia | ||||
del gran FILIPO abarca esclarecido | ||||
(De FILIPO a quien ya cede Alta Esencia | ||||
ambos Mundos) tu Amor huirá el Olvido. | ||||
Una Muerte te libra de una Ausencia, | ||||
y un Afecto altamente interrumpido | ||||
en Orbe amante te eterniza ahora | ||||
donde vive Inmortal quien Fino adora. |
159 | ||||
Felice tú, que en ruina sucesiva | ||||
tu Aliento pierdes la perder tu Suerte; | ||||
¡Ay de quien triste, Emulación altiva | ||||
y Ausencia gime, sin que encuentre Muerte! | ||||
Amor tirano, Amor, manda que viva | ||||
tan Ciego al padecer su Impiedad fuerte, | ||||
que aún hoy que injusta su Deidad infamo | ||||
si mis desvelos me preguntas, Amo. |
160 | ||||
Llevan los Indios a la barca ruda | ||||
el Cadáver; Y luego hallan la Dama | ||||
de Aucolo, y la Otra; Un árbol las anuda | ||||
que al Mar las niega, y las negó a la Llama. | ||||
Estaba muerta Aurinda, que desnuda | ||||
se hizo pedazos en la bronca rama; | ||||
Mas la Extranjera huyó el mortal ultraje | ||||
pendiendo sostenida del Ropaje. |
161 | ||||
¡Oh cuánto Objeto portentoso esconde | ||||
al Vulgar Comprehender, Naturaleza! | ||||
¿Quién creyera encontrar Árbol adonde | ||||
tema llegar del Fuego la fiereza? | ||||
No sólo a aquella Rama corresponde | ||||
el Fuego en fugitiva ligereza; | ||||
Más aun el Humo, aun el Vapor ardiente | ||||
borra alta Antipatía de su Ambiente. |
162 | ||||
No sé si era este el Lárix, que Octaviano | ||||
allá en los Alpes encender no pudo; | ||||
O el que, partido, al Sol florece vano | ||||
afectándose Fénix cortezudo; | ||||
Ni si el Piragmo fuese el Tronco Indiano; | ||||
O si acaso el pendiente Escollo rudo | ||||
fue de Piedra Galatias, a quien ciego | ||||
es Humo que la inciensa (Huyendo) el Fuego. |
163 | ||||
Absortos los Isleños, como Aucolo | ||||
juzgan la Dama Numen Soberano. | ||||
El muerto Amante, la Celosa, un sólo | ||||
Barco, y la alta Beldad acoge ufano. | ||||
Albricias, Hermosura; ¿Cuándo el Polo | ||||
de tus Luces no hará inmortal lo Humano, | ||||
si aún no muere tu Imperio uniendo un punto | ||||
muertos los Celos, y el Amor difunto? |
Fin del Libro Tercero