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NOTA.- En sucesivos números irán apareciendo nuevos datos y cifras que ilustran la trágica situación a que el franquismo ha arrastrado a nuestra patria.
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Dicho sea de paso. La confesión ilustra bastante sobre la contradicción entre la real situación catastrófica de la Universidad española actual y los discursos propagandísticos de Franco y su pandilla seudo-intelectual católico-falangista.
Sin embargo, la asignación que el Ministerio de Educación nacional recibe en los presupuestos franquistas es muy importante; el segundo, en cuantía, después de lo asignado a ejército y represión. Lo que ocurre es que ese dinero se emplea en falsificar la verdad, ayudar al fascismo internacional y reforzar las posiciones docentes de la «pobre» Iglesia española. Los sumideros por donde desaparecen las sumas dedicadas anualmente a la enseñanza española son los siguientes:
a) La propaganda del régimen, que depende de este Ministerio, con su costoso aparato internacional. Sobre todo las sumas gastadas en América son incalculables.
b) El sostenimiento propagandístico del Consejo de Investigaciones Científicas, organismo del que interesa más la fachada que la labor callada y honradamente científica. Medianías extranjeras son traídas a España para que se deshagan en elogios al régimen, se sostiene un numeroso personal ineficaz, se levantan lujosos edificios, que es lo primero que se enseña a los turistas, etc., etc. Todo ello cuesta muy caro.
c) Las subvenciones repetidas a las órdenes religiosas dedicadas a la enseñanza media y técnica.
d) El sostenimiento de gran parte de la escoria política fascista de Europa (alemanes, italianos, húngaros, croatas, ucranianos, polacos, etc.), cuya formación intelectual, alimentación y permanencia en España corren a cargo de la asignación económica en cuestión.
e) Los viajes de estudiantes americanos por nuestro país. Los cursos de verano. Etc.
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La palabra koljós es abreviatura de colectivni, colectivo, y josiaivsvo, hacienda. Su traducción, pues, debe ser hacienda colectiva.