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41

Según Reynoso, carece el mame de cuatro letras, d, f, g, r; pero yo tampoco encuentro j, ll, ñ, s, por lo cual las omito. Respecto a la f es de advertir que, aunque se encuentra ph, no debe creerse que tiene aquella pronunciación, sino que se pronuncia separadamente cada letra; v. g., en ziphen, ahíto, diré zip-hen. Hay otra letra que, según el autor citado, es «un carácter que son dos c pegadas»; pero agrega: «es lo mismo que si se escribiera y pronunciara con la letra k»; luego es inútil una letra nueva y extraña, y con la k nos basta. (N. del A.)

 

42

No cabe la menor duda sobre lo que digo respecto al número, y todo consta de las explicaciones y ejemplos del padre Reynoso. Cuando, pues, este autor dice (fol. 1) «que el nombre no tiene singular y plural como en la lengua latina», sólo debe entenderse que carece de terminaciones para ello; pero no de otro medio que da el mismo resultado. (N. del A.)

 

43

Según Reynoso, los sustantivos también tienen superlativo; pero debo observar que tal forma es contraria a la naturaleza misma de las cosas, pues sólo el adjetivo, u otra parte de la oración que exprese cualidad, es susceptible de grados; así es que cuando en castellano encontramos, como se lee en iglesias, «señorísima portera», es sólo en estilo familiar, tomando el sustantivo como adjetivo. Un ejemplo que pone Reynoso nada prueba, porque erradamente parece suponer que milagrosísimo es un derivado de milagro, cuando no es sino biderivado, porque de milagro, viene milagroso, y de milagroso milagrosísimo. (N. del A.)

 

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Los terminados en an o zan, según Reynoso, son activos, y los otros neutros; pero los que cita de los primeros son intransitivos, al menos pecar y encarnar, que tienen significado propio en castellano, de modo que su regla parece falsa. (N. del A.)

 

45

Kiko» en el original; corrección de la fe de erratas. (N. del E.)]

 

46

«En esta lengua -dice el padre Reynoso- no hay propio sum, es, fui; súplenle con el pronombre primitivo ain, aia, ahu, en la persona y número que quieren. Hay quien diga que con diversos aditos de verbos, adverbios, y nombres adjetivos antepuestos y pospuestos al pronombre primitivo ain, hacen con ellos el mismo sentido del verbo sum, es, fui. Todo lo cual repruebo por inusitado y superfluo, y digo: que hay verbo sum, es, fui, suplido con el pronombre primitivo ain, sin adito de verbo, ni nombre adjetivo y sustantivo, sino solamente de adito de adverbio; o una dicción que es con la que el indio varía y diferencia los tiempos, como se verá abajo. Y cuando el venerable padre predicador Fr. Géronimo Larios le conjuga anteponiéndole el adjetivo ban, no hace el sentido de sum, es, fui [...]. Luego no se ha de conjugar a sum, es, fui con la partícula ban, sino con los aditos y adverbios con que el indio varía y diferencia los tiempos de dicho verbo, supliéndole solamente con el pronombre primitivo ain, que lo demás es confundir verbos, etc.». (N. del A.)

 

47

No se deben tener por verdaderos tiempos del verbo sino aquéllos que se forman por medio de signos regulados, y todo lo demás no son sino medios supletorios. Por esto es que en las lenguas aquí descritas, no admito tantos tiempos cuantos suponen los autores, y por esto se ve también que los mejores gramáticos españoles no admiten ya, como tiempos propios de la conjugación castellana, los que se forman con los verbos auxiliares porque lo que resulta con ellos son verdaderas oraciones. (N. del A.)

 

48

ztalbak» en el original; corrección de la fe de erratas. (N. del E.)]

 

49

No me es posible, como en las otras lenguas, hacer la análisis del Padre nuestro ni de otra oración, porque no he logrado conseguir ninguna. El ejemplar que poseo de la obra del padre Reynoso no tiene más que gramática y diccionario, no obstante que la página 1.ª dice: «Arte vocabulario, confesionario y modo de administrar el santo sacramento de la Eucaristía y el de la Extrema-Unción y Doctrina cristiana». En la portada no se anuncia más que: «Arte y vocabulario en la lengua Mame», que, como digo, es lo que yo he visto. (N. del A.)

 

50

Tapia omite las letras ch y tz en el alfabeto (pág. 1.ª), pero las menciona más adelante (págs. 2 y 3); en rigor hay tres ch, pues esta letra tiene tres sonidos, y así debía haber otros tantos caracteres para expresarlos. (N. del A.)

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