Jornada segunda |
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Múdase el teatro de sala, y sale MENTOR por un
lado, y por otro, TELÉMACO.
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TELÉMACO: | ¿Qué
es lo que pasa por mí? | | ¿Soy yo, por ventura, el hijo | | de Ulises? ¿Soy Telémaco? | | ¿Aquel que siempre había
sido | | tan señor de sus pasiones, | 5 | tan dueño
de su albedrío, | | quien amaba la virtud, | | quien abominaba
el vicio? | | Mas ¿qué me pregunto a mí | | si soy
yo, cuando yo mismo | 10 | soy quien me conozco menos, | | si pretendo
distinguirlo? | |
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MENTOR: | (Sale.) | ¡Qué embelesado
en discursos | | a Telémaco le miro! | | (Aparte. | ¿Quién
duda que de las flechas | 15 | del amor se siente herido?) | |
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TELÉMACO: | (Aparte. | ¡Mas ay de mí!, que Mentor, | | en mi confusión,
colijo | | que ha reparado curioso. | | Disimular determino; | 20 | mas ¿cómo me he de atrever | | a mirarle?) ¡Padre mío! | | ¡Mentor! ¡Señor! |
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MENTOR: | Telémaco | | (Aparte. | En el semblante averiguo | | la mancilla que padece | 25 | su corazón), dime, hijo, | | ¿qué tienes?; porque
parece | | que para verme, remisos | | los ojos no te obedecen. | | ¿Estás acaso ofendido | 30 | de mis molestos consejos? | |
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TELÉMACO: | No pienses de mi cariño, | | padre y
maestro, tal cosa, | | pues lo que te ha parecido | | desamor,
no es sino amor. | 35 | ( Aparte. ¡Mas ay!, ¡infeliz!, ¿qué
he dicho?) | | Digo Amor, porque él es quien | | hace que
los ojos míos | | avergonzados declaren | | lo que en el
pecho reprimo. | 40 | ( Aparte. ¿A dónde voy?, ¿qué
es aquesto? | | Pues cuanto más solicito | | disculparme,
más me culpo, | | siendo fiscal de mí mismo.) | |
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MENTOR: | Pues, ¿qué reprimes? (Aparte.) Que en
vano | 45 | pretende el más advertido | | ocultar amor, que
es fuego | | que por el menor resquicio | | se asoma, si no revienta. | |
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TELÉMACO: | La vergüenza (es la que digo | 50 | que
oculto) de haber entrado, | | contra tu reparo digno, | | en aquel
divertimiento. | |
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MENTOR: | Telémaco, yo no evito | | que
te diviertas y alegres | 55 | en decentes regocijos, | | en los que
el discurso calme, | | de vacilar ya rendido; | | no en los que
le dan materia | | para alterar los sentidos; | 60 | en los que
vos poseáis, | | no en los que os posean, hijo; | | en placeres
moderados | | y dulces; mas no en nocivos | | placeres que os embelesen | 65 | en lugar de divertiros, | | que unos mueven la atención, | | y otros trastornan el juicio; | | y porque me decías
que | | la vergüenza fue el motivo | 70 | de no levantar los
ojos | | a mirarme, me he atrevido | | a instar en los documentos, | | porque es oro muy subido | | de quilates los consejos, | 75 | y no
es bien, inadvertido, | | darlos a quien no conozca | | su valor,
que fuera indigno | | agravio; mas pues decís | | que os
halláis arrepentido | 80 | de no haberlos abrazado, | |
no es tarde para admitirlos, | | que quien le pesa de errar | | está de acertar propincuo. | |
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TELÉMACO: | Yo os
prometo, padre y maestro, | 85 | ensordecer el oído | | a ocasionados
deleites. | | (Aparte. | ¡Ay de mí, qué mal ánimo!) | |
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MENTOR: | Yo os ofrezco en recompensa | | el acompañaros
fino | 90 | hasta hallar a vuestro padre; | | y por lograrlo es
preciso | | que procuremos salir | | de esta isla. | |
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TELÉMACO: | (Aparte.) | ¿Qué es lo que he oído? | 95 |
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MENTOR: |
Que el valor está en huir | | si es evidente el peligro. | |
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TELÉMACO: | Pues, ¿qué riesgo puede haber | | cuando
estoy apercibido | | a resistir valeroso, | 100 | y acompañado
contigo, | | que me adviertas cuidadoso? | |
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MENTOR: | A veces
no basta el brío; | | con poderosos contrarios, | | huir
es vencer. |
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TELÉMACO: | Es
fijo; | 105 | pero no son poderosos, | | que yo en mi bien lo examino: | | ¿por qué no hemos de lograr | | los cortejos de Calipso | | más tiempo? |
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MENTOR: | ¡Ay,
Telémaco! | 110 | ¡Cómo ya en eso averiguo | | que
hicieron efecto en ti | | las flechas de aquel mentido | | pastor
que logró cegarte | | con la venda del cariño! | 115 |
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MENTOR: | ¿No
lo sabes? | | ¿Lo que sientes no te ha dicho | | quién era?
Pues ya no importa | | para saberlo el decirlo; | | colige por
lo que sientes | 120 | quién es, y era; y tú contigo
| | redúcete si pudieres, | | que en el estado que miro | | tu albedrío, documentos | | son en vano si tú
mismo | 125 | no te reduces a ti, | | porque eres tú, tu enemigo. | | (Vase.) |
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TELÉMACO: | Oye, aguarda; ay, infelice, | | ¿qué
es ¡ay de mí! lo que he oído? | | Documentos son
en vano | 130 | ¡triste de mí!, si tú mismo | | no
te reduces a ti; | | porque eres tú, tu enemigo. | | Oráculos
de los dioses | | estas razones han sido, | 135 | pues resonando en
el alma | | el eco, dio en los oídos | | la voz; y el despertador | | del corazón, a los cinco | | sentidos y tres potencias, | 140 | los recuerda y llama a juicio. | | Ya van entrando en la
sala | | que el discurso ha prevenido; | | ya la razón corrió
el velo | | que ocultaba el regio sitio, | 145 | adonde el entendimiento | | preside como divino | | juez; y a los lados tiene | | en dos pabellones
ricos | | la voluntad y memoria, | 150 | más abajo, los sentidos.
| | ¿Más abajo? Sí, no hay duda, | | que distinguirse
es preciso | | (en este mundo abreviado | | bien formado en el
principio), | 155 | la nobleza, de la plebe; | | y si la nobleza, es
fijo, | | son las potencias, la plebe, | | no hay duda, son los
sentidos; | | y es bien que haya distinción | 160 | de los grandes
a los chicos. | | Ya la razón, relatora, | | la causa
que formó el juicio | | pone ante el entendimiento, | |
y por reos del delito | 165 | a los ojos le presenta: | | a la vista,
porque han visto | | que es del delito la causa, | | y él
de esto irritado ha dicho | | fulminando la sentencia | 170 | que los
condena al impío | | castigo de que no vean. | | La
memoria, de improviso, | | hecha aparte de los ojos, | | replica
que qué delito | 175 | es en los ojos el ver | | si lo tienen
por oficio. | | Responde el entendimiento, | | fiscalizando, que
ha sido | | delito el usar mal de él, | 180 | que bien pueden
advertidos | | mirar, pero no advertir | | de lo hermoso lo
atractivo, | | graduándole el deseo | | de sus cristalinos
vidrios | 185 | los anteojos transparentes | | para aumentar más
lo lindo. | | Pues si el deseo ha graduado | | los cristales, muera
(dijo | | la memoria) ese deseo, | 190 | pues que él el delito
hizo. | | La voluntad abogando | | por el deseo (que ha sido | | siempre de la voluntad | | el honestar los delitos), | 195 | dijo:
«No muera, porque él | | no fue, no, quien ha incurrido | | en el delito, que fue | | quien le fraguó el apetito, | | pero no debe morir | 200 | ninguno, pues yo lo afirmo.» | | La
razón lo contradice, | | pero no vale su dicho. | | Si la
voluntad se opone, | | ¡qué infeliz es el dominio | 205 | donde
la razón no vale | | y hace la voluntad juicio! | | Pues,
¿no hay a la voluntad | | quién le aconseje lo digno? | | Si hay, ¿quién? El entendimiento. | 210 | ¿Pues qué
hace? Suspendido, | | observa, conoce y mira. | | ¿Pues no
manda el albedrío? | | No; ¿pues quién? La voluntad. | | Conque, según imagino, | 215 | ¿a la voluntad no hay quien | | la venza? A los principios | | es fácil el vencimiento: | | pero ahora el conseguirlo, | | si no es imposible, es | 220 | muy
difícil: ¿cuál ha sido | | el medio para lograrlo | | en los que lo han conseguido? | | El huir de la ocasión; | | pues huyamos, valor mío, | 225 | porque la fuga es valiente | | adonde es cobarde el brío. | | Iré buscando a
Mentor | | para lograr mi designio. | | ¿A dónde podré
encontrarle? | 230 | Valles, montes, prados, riscos, | | descubridme
dónde está, | | y encubridme de mí mïsmo. | |
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Al entrarse, sale CUPIDO vestido de zagal, y le detiene.
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TELÉMACO: | ¿Quién
es quien | | me detiene?, ¡mas qué miro! | 235 | ¿Quién
eres, zagal gallardo, | | que, rémora al curso mío, | | me detienes? |
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TELÉMACO: | Ya discurro que te he visto, | | mas
no conozco quién eres. | 240 |
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CUPIDO: | ( Aparte. Eso es lo
que solicito.) | | Yo soy de Éucaris criado, | | y habiendo
en ti conocido | | que la adoras, a decirte | | vengo que, de ella
colijo, | 245 | corresponde a tu deseo, | | que en ese jardín
florido | | la vi suspirando a solas, | | y entre exhalados suspiros | | la oí decir: Telémaco; | 250 | señas y
claros indicios | | de que paga tu afición. | |
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TELÉMACO: |
¿Qué dices?, ¿qué he merecido | | que mi nombre
entre sus labios | | sea exhalado desperdicio? | 255 |
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TELÉMACO: | ¡Qué
fortuna! | | ¿Pero a ti, qué te ha movido | | a solicitar
mi dicha? | |
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CUPIDO: | A esto me mueves tú mismo. | |
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CUPIDO: | Sí,
no hay duda, | 260 | y yo con esto te obligo. | |
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TELÉMACO: |
Aunque intentes evitar | | con aquestos atractivos | | recuerdos
de sus favores | | la fuga que solicito, | 265 | en vano podrás. |
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CUPIDO: | Pues no has de poder lograrlo. | |
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CUPIDO: | Porque
suspendido | | en su hermosura, será | 270 | imposible el conseguirlo.
| | (Vase.) |
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Descúbrese ÉUCARIS dormida a la margen
de una fuente.
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TELÉMACO: | ¿Qué es esto? ¿Pues
quién aquí | | tan breve la ha conducido? | |
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TELÉMACO: | ¡Ay,
infelice!, | | que viéndola el valor mío | 275 | desmaya;
mas si los ojos | | suspenden el fugitivo | | curso, también
el discurso | | el remedio me ha advertido. | | Taparélos
con las manos. | 280 | (Tápase.) |
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CUPIDO: | Se entrará
por los oídos. | |
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ÉUCARIS: | (Soñando.) | ¡Por qué me dejas, mi bien, | | Telémaco, dueño
mío! | |
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TELÉMACO: | ¿Quién con tan tiernas
palabras | | tendrá valor tan impío | 285 | que el imán
de aquesta voz | | no atraiga lo endurecido | | del acero más
rebelde? | | Vuelva a beber el hechizo | | la vista; mas, ¿dónde
está? | 290 | Desaparecen ÉUCARIS y CUPIDO. | ¿Es encanto
del sentido? | | ¡Ah, zagal!; pero tampoco | | le advierto
en aqueste sitio. | | ¿Si es sueño? No, que despierto | | estoy, y estando dormido, | 295 | no finge la fantasía | |
tan patente lo fingido; | | mas haciendo reflexión | | de
lo que Mentor me dijo, | | no ha sido esto, no, soñado, | 300 | que si yo soy mi enemigo, | | el amor a la memoria | | la
condujo (bien colijo); | | y aquel fingido zagal | | es mi amor,
si lo examino; | 305 | mas, ¿no dijo que criado | | era de Éucaris?
Es fijo, | | porque Éucaris ha criado | | en mi pecho el
amor mío, | | y es criado de ella mi amor; | 310 | luego nada
fue mentido. | | Pues si esto fue imaginado | | y no pude resistirlo, | | ¿qué hará lo cierto? (¡ay de mí!), | | que puedan ser mis sentidos | 315 | mis opuestos. ¿Pues a dónde | | podré esconderme, divinos | | cielos, de aquestos contrarios, | | si ellos van siempre conmigo? | | Mas a pesar de ellos propios, | 320 | valido del albedrío | | he de romper los candados | | de este obscuro laberinto | | adonde está aprisionada | | mi libertad; y los grillos | 325 | he de dejar a la puerta | | por
no despertar al ruido | | que los deleita y oprime | | los guardas
de este castillo, | | porque aunque sentidos sean, | 330 | yo haré
que no sean sentidos. | | (Vase.) |
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Descúbrese
un jardín delicioso, adornado de estatuas, que imiten
ser de alabastro sobre pedestales de oro; y salen CALIPSO,
ÉUCARIS, SIRINGA, LEUCOTOE y damas.
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MÚSICA: |
Corazón afligido, | | al rigor herido | | del ciego rapaz, | | si ha faltado de tu alma la paz | 335 | también sabe amor | | cambiar el dolor | | en gusto y solaz. | |
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CALIPSO: | Todo sea dulzura
este confín, | | aves, plantas y flores del jardín, | 340 | unas y otras, canoras y galantes | | se requiebren amantes; | | las fuentes corran néctar amoroso; | | el aire sople
suave y delicioso; | | y todo cuanto aqueste espacio incluya | 345 | correspondencia inspire, amor influya, | | porque ya con la
fuerza de mi arte | | a Telémaco traigo hacia esta parte, | | donde intento cortés y cariñosa | | reducirle
amorosa. | 350 | Y así vuestros acentos delicados | | respondan
alternados | | a mis halagos, para que el trofeo | | consiga; pero
ya venir le veo. | | Sale TELÉMACO. |
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TELÉMACO: | ¿A
dónde podré encontrar | 355 | a Mentor? Pero, cielos,
¿qué a mirar | | llego? ¿Qué jardín tan
delicioso, | | qué paraje tan hermoso | | es éste
que suspendido...? | |
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MÚSICA: | Es estancia de Cupido. | 360 |
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TELÉMACO: | ¿Qué ruido tan halagüeño
| | es aqueste, que batir | | apenas las alas osa | | el corazón,
por oír? | | Mas si es sitio de Cupido, | 365 | como en la voz
advertí, | | huyamos de aqueste sitio. | |
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CALIPSO: | ¿Cómo,
Telémaco, así | | te vas, cuando por tu obsequio | | en este ameno jardín | 370 | que he formado con mi ciencia
| | te pretendo divertir, | | haciendo que el viento | | (Con
MÚSICA.) | respire ámbar gris, | | juntando lo
ameno | 375 | de mayo y abril? | |
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TELÉMACO: | Hermosa Calipso,
yo, | | si intentaba (¡ay, infeliz!) | | ausentarme, fue porque, | | en que estaba, no advertí | 380 | tu beldad en este sitio.
| | (Aparte. | Aquí me importa fingir.) | |
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CALIPSO: |
Ya que solo, Telémaco, | | fortuna tuve que aquí | | llegases, pues a ti sólo | 385 | he de atreverme a decir | | el amor que te dedico, | | no te admires si de mí | | (corriendo
el velo al recato) | | lo llegares a advertir; | 390 | porque quien
se abrasa | | (Con MÚSICA.) | no es fácil
sufrir | | que otro el fuego aparte | | (si él puede) de
sí. | | (Sola.) | Desde que en aquel naufragio | 395 | entre
congojas te vi, | | la compasión que me diste | | fue la
causa de que así | | me mire, sin más consuelo | | que el que siento en el sentir, | 400 | pues para lograr amor | | más bien la herida sutil, | | también sabe en
la piedad | | su crueldad introducir. | | Y pues fue la causa | 405 | (Con
MÚSICA.) | de mi frenesí | | la lástima
tuya, | | tenla tú de mí. | | Aquí tendrás,
Telémaco, | | (Sola.) | cuanto el deseo elegir | 410 | pueda
para poseer, | | viviendo en este confín | | siempre
inmortal, sin que llegue | | la cruel Parca a dividir | | el vital
hilo, pasando | 415 | de aquel término infeliz | | que al fin
cuanto más de él huyan | | es antes llegar al
fin. | | No desprecies, pues, | | (Con MÚSICA.) | el
ser tan feliz | 420 | que nunca examines | | ansias de morir. | |
En eterna y dulce calma | | (Sola.) | feliz vivirás
aquí, | | donde postrado te sirva | 425 | cuanto incluye este
país. | | Advierte aquella azucena | | que, en desmayado
matiz, | | por aquel cárdeno lirio | | su amor dice, sin
decir; | 430 | mira aquella bella rosa | | cómo acecha,
a medio abrir | | el capullo, aquel clavel | | que es garzota de
rubí. | | Mira aves, plantas y fuentes, | 435 | todas en unión
feliz, | | dar lecciones de adorar, | | en mecer, gorjear y huir; | | y aun esas inanimadas | | estatuas haré salir | 440 | de las
basas en que están | | a festejarte, al oír: | | Bultos insensibles | | (Con MÚSICA.) | que formó
el buril, | | animad al alma | 445 | del eco sutil. | |
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Bajan las estatuas,
y hacen un baile, y se abrazan entre las mudanzas.
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TELÉMACO: |
(Aparte. | Dioses supremos, ¿qué es esto? | | Absorto
y fuera de mí | | he quedado; gran poder | | encierra esta
ninfa en sí; | 450 | disimular me conviene, | | y que la
halago fingir.) | | Danzan y en acabando departen. | No sé,
Calipso divina, | | cómo agradecerte puedo | | tanto amor,
que el adorarte | 455 | deuda es, no agradecimiento. | | El no haberme
declarado | | antes, ha sido respeto, | | que atreverme a tu deidad | | fuera loco atrevimiento, | 460 | pero ruégote que encubras
| | nuestro amor de mi maestro, | | que es reverencia forzosa | | a lo mucho que le debo. | | Contigo viviré siempre | 465 |
ufano, alegre y contento; | | mas importa que Mentor | | no imagine
el amor mío. | | ( Aparte. Así la aseguro más | | para huir de tanto riego.) | 470 |
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CALIPSO: | No en vano no rehusaba
| | declararte mi deseo. | | Ninfas, aplaudid mi dicha | | con
sonorosos acentos, | | llenando todo este espacio | 475 | de dulce
ruido halagüeño. | | Pirámides peñascosas | | que sois fortines soberbios | | que defendéis a este
valle | | de las injurias del viento, | 480 | en vosotros resonando
| | los sonorosos acentos, | | volvedlos más delicados | | respondiendo en lejos ecos. | |
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MÚSICA: | Resuene en dulce
clamor. | 485 |
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MÚSICA: | Amor
los cóncavos huecos. | |
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MÚSICA: | Ecos
que gloria predicen. | |
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CALIPSO: | ¡Qué
bien las peñas responden | | aplaudiendo a mi contento!, | 490 | pues por más lisonjearme, | | amor, ecos, dicen,
lejos. | | (Con MÚSICA.) |
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MÚSICA: | Vida
es suave el desaliento. | |
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MÚSICA: | Aliento
en la vanagloria. | 495 |
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MÚSICA: | Gloria
busco en el despeño. | |
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CALIPSO: |
Atiende,
dueño adorado, | | lo que los ecos dijeron, | | pues nos
anuncian gozosos | | vida, aliento, gloria, empeño. | 500 | (Con
MÚSICA.) |
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|
TELÉMACO: | (Aparte.) | Todo el distrito
encantado | | tiene esta mágica. ¡Cielos, | | libradme
aquí de mí mismo! | |
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CALIPSO: | Pues porque no te
eche menos | | Mentor, sal de este jardín, | 505 | pero acuérdate
en saliendo | | que para enseñarte a amar | | amor, ecos,
dicen, lejos. | |
|
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TELÉMACO: | ¿Cómo podré
no acordarme, | | si dice el segundo acento | 510 | que me promete
el amor, | | vida, aliento, gloria, empeño? | | (Con
MÚSICA.) | (Se van los dos.) |
|
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Éntranse todos;
échase mutación de bosque, y salen ÉUCARIS
y NARBAL, cada uno por su lado.
|
NARBAL: | Pues la fortuna me
ofrece | | la ocasión que en este espeso | | bosque llegara
a encontrarte, | 515 | atiéndeme, hechizo bello, | | o escucha
aunque no me atiendas, | | pues servirá de consuelo | |
a un amor que ya no cabe | | dentro del obscuro centro | 520 | del
pecho, si no le atiendes, | | que le escuches a lo menos. | |
|
|
ÉUCARIS: | ¿Qué es esto, Narbal? Pues, ¿cómo | | rota la valla al respeto | | osas llegar donde a solas | 525 | estoy? ( Aparte. ¡Ah
de mi! ¡Si aquesto | | escuchara Telémaco | | fuera menos
mi despego!) | |
|
|
NARBAL: | No culpes lo que tú causas. | |
|
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|
NARBAL: | Sí,
que ciego | 530 | me influyen a que te adore | | tus ojos, que
son luceros. | | Si a una estrella, no hay quien | | pueda apagar
el reflejo | | que le influye, dime cómo | 535 | podré
evitar el incendio | | de dos luceros divinos | | que mandan con
más imperio. | |
|
|
ÉUCARIS: | ¿Es posible que a tu
hermano | | tal agravio intentes? |
|
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NARBAL: | De
eso | 540 | tienen la culpa tus ojos. | |
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ÉUCARIS: | Mejor
la tienen los vuestros. | |
|
|
NARBAL: | Ellos no han sido culpados, | | pues si hidrópicos te vieron | | de esa nociva cicuta | 545 | que me deja más sediento, | | tu hermosura me brindaba | | con el néctar halagüeño; | | pues, ¿qué
mucho que los ojos | | correspondiesen atentos | 550 | si tu belleza
convida | | con dulcísimos preceptos? | |
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TELÉMACO: | (Al bastidor.) | ¿A dónde hallaré a Mentor, | | que huyendo el hechizo vengo | | de Calipso? Mas ¡qué
miro! | 555 | ¿No es Éucaris? ¡Cómo temo | | que no he
de poder huir | | de éste, como del que dejo! | | Pero,
pues al paso están, | | aquí aguardaré
encubierto. | 560 |
|
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ÉUCARIS: | ( Aparte. Pues el paraje
por solo | | le da a cualquier desacierto | | ocasión,
mejor es darle | | esperanza, que el que ciego | | no mira la ofensa
que hace | 565 | a su mismo hermano, menos | | mirará a mi honor.)
Narbal, | | aunque debéis a mi afecto | | afición
más que de hermano, | | haréis que se pase a miedo, | 570 | pues el llegar a este sitio | | a hablarme donde podemos | | dar materia a las sospechas, | | me hace que esté sin
sosiego. | |
|
|
TELÉMACO: | ¿Qué escucho? ¿Éucaris
(¡ay, triste!), | 575 | a Narbal (tente, dios ciego) | | se inclina?;
mas ¿qué me importa, | | cuando el huir es mi intento | | de todo hechizo amoroso?; | | mas, ¡ay de mí, que es
mal medio | 580 | querer que huya el amor | | por la senda de los
celos! | |
|
|
NARBAL: | Pues de vuestra voz he oído | | tan no
esperado consuelo, | | no os admiréis que, neutral, | 585 |
batalle para creerlo, | | que por eso el corazón | | abriendo
puerta en el pecho | | no ha saltado a vuestros pies | | a agradecer
el ser vuestro. | 590 |
|
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ÉUCARIS: | No deis motivo a sospecha,
| | que me dejéis sola os ruego, | | que temo venga
a buscarme | | a este sitio Idomeneo. | |
|
|
NARBAL: | Por evitar la
sospecha | 595 | me iré, mas tened por cierto | | que habéis
de ser, aunque pierda | | la vida, mía, y yo vuestro. | |
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|
TELÉMACO: | ¡Qué es, cielos, lo que he escuchado! | | No bastaba, rapaz ciego, | 600 | para vencer mi constancia, | | para perturbar mi pecho, | | estar herido de amor | | sino también
de los celos; | | y ya conozco que es | 605 | aqueste golpe más
fiero, | | pues si sufrí con la herida | | de amor, no puedo,
no puedo, | | con la de celos sufrir, | | homicida del sosiego. | 610 | (Sale.) | Si a la fuerza de tu hechizo | | al corazón tienes
preso, | | ¿por qué le añades, crüel, | | porque
me confiese reo | | en el potro más fatal, | 615 | el tormento
de los celos? | |
|
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ÉUCARIS: | ¡Ay, amor, no es Telémaco! | | ¿Qué os mueve a que poco cuerdo | | me habléis
en este lenguaje, | | que no le alcanzo ni entiendo? | 620 |
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TELÉMACO: |
Quien me mueve es el amor, | | quien me precipita el fiero | | tormento de celos que hace | | que confiese lo que siento. | |
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ÉUCARIS: | Aunque ayer, entre troncadas | 625 | razones dijiste
tierno | | que me adorabais, y yo | | os dije, si bien me acuerdo, | | que os pagaba, como fue | | aquello cosa de juego, | 630 | no es motivo
para que | | hagáis que el juego sea fuego. | | (Aparte. ¡Ay
de mí!, ¡qué mal se riñe | | lo que complace
el deseo!) | |
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TELÉMACO: | ¿Cosa de juego decís | 635 |
que fue, cuando yo me muero | | tan de veras? ¿Conque fue, | |
para darme más tormento, | | juego el decir que me amabais? | | Pero los celos son ciertos. | 640 |
|
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ÉUCARIS: | (Aparte. | Lástima
me da de oírle, | | mas satisfacer no puedo | | a su
sospecha, que fuera | | contra mi decoro yerro | | confesarme enamorada.) | 645 | ¿Cómo loco o desatento | | osáis decir que celoso | | estáis de mí? (Aparte. ¡Mal me esfuerzo!) | | Si mi hermosura fue causa | | de cegar el miramiento | 650 | que se
debe a mi deidad, | | y me vio vuestro deseo, | | ¿el deseo
puede ser | | causa de pedirme celos? | |
|
|
TELÉMACO: | El deseo
no es la causa. | 655 |
|
|
|
|
ÉUCARIS: | Y
aquese amor, | | ¿quién le ha dado atrevimiento? | |
|
|
|
|
TELÉMACO: | ¿Cómo?
Arrastrando el afecto. | 660 | ¿Cuándo? Cuando me dijisteis
| | (que yo, sí, muy bien me acuerdo) | | que me amabais. |
|
|
|
TELÉMACO: | Esos son pesados juegos | | y no se
pueden llevar | 665 | sin descansar el silencio | | en los hombros
de la queja. | | ¿Qué mal os hizo el sosiego | | de mi alma
para que | | turbaseis mi pensamiento, | 670 | donaire haciendo mi
muerte | | y burla de mi tormento? | | Ahora, que me veis rendido, | | ¿me dais muerte con desprecios? | | No ostentéis lo
rigoroso, | 675 | que es delito de lo bello. | |
|
|
ÉUCARIS: | Yo
no puedo resistir | | tan lastimosos requiebros; | | yo quiero
decir mi... | |
|
|
MÚSICA: | (Dentro.) | Amor, ecos, dicen,
lejos. | 680 |
|
|
ÉUCARIS: | Mas antes que yo lo diga | | lo han
respondido los ecos. | | ¿Qué será? |
|
|
CALIPSO: | (Dentro.) | Sólo
repita | | vuestra voz esos acentos. | |
|
|
TELÉMACO: | ¡Cielos,
aquesta es Calipso! | 685 |
|
|
ÉUCARIS: | Mas Calipso es la que
veo | | que hacia este sitio se acerca. | | Ya a lo que iba a responderos | | me embaraza el ver que viene | | Calipso hacia aqueste puesto. | 690 |
|
|
TELÉMACO: | ¿Y era en favor de mi amor? | |
|
|
|
TELÉMACO: | Y
yo lo creo, | | porque cuando a un infeliz | | no embarazan el
no serlo... | |
|
|
ÉUCARIS: | No es tiempo de detenerme, | 695 | porque
ya que llega siento. | | Adiós, adiós. |
|
|
|
ÉUCARIS: | Perdonadme, que no puedo. | | (Vase.) |
|
|
TELÉMACO: |
¡Que dispusiera amor cruel | | que me ame a quien aborrezco | 700 | y me desprecie a quien amo! | |
|
|
CALIPSO: | (Dentro.) | Pues
allí está; deteneos | | aquí, y desde este
sitio | | cantad. | |
|
|
TELÉMACO: | ¡Ya me ha visto, cielos! | 705 |
|
|
CALIPSO: | (Sale.) | Telémaco, dueño amado. | |
|
|
TELÉMACO: | ¡Qué requiebros tan molestos! | |
|
|
CALIPSO: |
Desde que oí de tus labios | | que correspondes mi afecto, | | la impaciencia del cariño | 710 | no sosiega ni un momento | | sin ver su dueño adorado. | |
|
|
TELÉMACO: | Por
aquí buscando vengo | | a mi maestro Mentor. | | (Aparte. | Dejar
de fingir no puedo.) | 715 |
|
|
ÉUCARIS: | (Al bastidor.) | Si habrá
pasado Calipso, | | porque el corazón del pecho | | quiere
salir lastimado | | a decirle que le quiero. | | Mas aquí
miro a los dos; | 720 | desde estas matas acecho | | si se va para
llegar. | |
|
|
CALIPSO: | No temas que tu maestro | | pueda saber
nuestro amor. | |
|
|
ÉUCARIS: | ¿Qué escucho? Tente,
dios ciego, | 725 | y no de un instante a otro | | me pases de extremo
a extremo, | | porque puede faltar vida | | para que logres tu
intento. | |
|
|
TELÉMACO: | De esa suerte, dueño mío, | 730 | no estorbará el amor nuestro. | |
|
|
ÉUCARIS: | ¡Ah,
traidor, falso engañoso! | | Corazón, ¿de
aqueste fiero | | te lastimabas?; ¡qué rabia | | se ha introducido
en mi pecho! | 735 |
|
|
IDOMENEO: | (Sale.) | A Calipso vi a lo largo | | venir a este sitio, y vengo | | siguiendo sus bellos rayos, | | girasol de su reflejo; | | aquí está con Telémaco; | 740 | celos y amor, escuchemos. | |
|
|
CALIPSO: | Tanto te adoro, bien
mío. | |
|
|
|
CALIPSO: | Que
sólo temo | | que tu amor no ha de pagarme. | |
|
|
|
|
|
CALIPSO: | Porque dudo que haya amor | | que el mío
iguale. |
|
|
|
|
|
IDOMENEO: | ¡Oh,
halagüeño | | cocodrilo! ¡No es posible | 750 | que pueda
más sufrir esto! | | (Sale.) | ¡Ingrata de mi albedrío,
| | cuanto piadosa al sosiego | | de aqueste traidor! Pues
sabes, | | al paso que a mí desprecias, | 755 | darle favores
a él, | | yo sabré, pues que no puedo | | el conseguirlos
de ti, | | sacárselos a él del pecho. | | (Saca la
espada.) |
|
|
|
ÉUCARIS: | ¡Ay
de mí! Mi hermano | 760 | ha llegado. |
|
|
|
|
TELÉMACO: | No
le tengáis, | | que mejor puedo yo hacerlo. | |
|
|
|
|
IDOMENEO: | Aunque fuera más que acero, | 765 | le deshiciera este rayo. | |
|
|
TELÉMACO: | Llegad, pues,
y lo veremos. | |
|
|
CALIPSO: | Si el respeto no os enfrena, | | haré
que os oculte el centro. | |
|
|
|
Truenos, y vuela rápido IDOMENEO.
|
IDOMENEO: | ¿Quién con tal fuerza me aparta? | 770 |
|
|
|
|
|
CALIPSO: | No te turbes, que el imperio | | de
mi ciencia no se mueve | | para ofender a quien quiero. | 775 |
|
|
|
CALIPSO: | Ya
libre | | está de este sitio, lejos. | |
|
|
|
|
|
Salen LEUCOTOE y SIRINGA.
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|
CALIPSO: | Pues quedaos aquí vos, | 780 | y nosotros
le saldremos | | al paso porque no os vea. | |
|
|
SIRINGA: | Pues
ya viene, vamos presto. | |
|
|
CALIPSO: | Pues para hacer la deshecha | | cantad, y tú los acentos | 785 | puedes seguir a lo largo. | |
|
|
|
DAMAS: | Ya
te obedecemos. | | «Resuene en dulce clamor, | | amor; los cóncavos
huecos, | | ecos que gloria predicen, | 790 | dicen sonoros reflejos.» | |
|
|
|
Vanse cantando, y CALIPSO.
|
TELÉMACO: | Admirado me ha
dejado | | el grande poder que advierto | | en esta mujer. |
|
|
ÉUCARIS: | Ingrato, | | engañoso, lisonjero, | 795 | ¿cómo intentaste, traidor, | | con afectados requiebros | | burlarte de mi altivez, | | mis favores
pretendiendo? | |
|
|
|
|
TELÉMACO: | ¿Yo, burlarte, cuando ciego | | te idolatro? |
|
|
ÉUCARIS: | ¿Que
aun pretendes | | fingir? |
|
|
TELÉMACO: | ¿Yo, fingir pretendo | | cuando te adoro, bien mío? | |
|
|
|
|
ÉUCARIS: | Pues ¿qué te movió
a fingirlo? | |
|
|
|
ÉUCARIS: | No mira riesgos quien ama. | |
|
|
TELÉMACO: |
Para no amar, es muy cierto, | | pero no para fingir, | 810 | para
evitarle, pudiendo, | | sin ofender a quien quiere. | |
|
|
ÉUCARIS: |
¿Pues no es ofensa, di, fiero, | | que a otra la digas finezas? | |
|
|
TELÉMACO: | Tú puedes, mi bien, a eso | 815 | responderte,
pues si estás | | de mí ofendida creyendo | | que
te finjo, a la otra agravio, | | pues con ella estoy fingiendo; | | luego, agraviando a Calipso, | 820 | a ti, mi bien, no te ofendo. | |
|
|
ÉUCARIS: | ¿Y cómo podrá saberse | |
cuál es fingido o cuál cierto? | |
|
|
TELÉMACO: |
Eso lo dirán mis ojos, | | que son testigos parleros. | 825 |
|
|
|
|
MÚSICA: | (Dentro.) | Amor, ecos, dicen,
lejos. | |
|
|
TELÉMACO: | Ya esas voces os han dicho | | lo propio
que dicen ellos | | por si acaso no lo creéis. | 830 |
|
|
ÉUCARIS: |
Ni de ellas ni ellos lo creo, | | supuesto que la esperanza
| | de Calipso hace que el viento | |
|
|
MÚSICA: | (Dentro.) | resuene
en dulce clamor. | |
|
|
MÚSICA Y TAMBORES: | Amor,
los cóncavos huecos | 835 |
|
|
TELÉMACO: | (Solo.) | de
mis ojos os declaran. | |
|
|
ÉUCARIS: | También dicen
ésos, lejos, | |
|
|
MÚSICA: | ecos que gloria predicen. | |
|
|
|
TELÉMACO: | (Sólo.) | de mis ojos lo contrario. | 840 |
|
|
|
TELÉMACO: |
Aqueste
acento | | es de Mentor; ¿cómo tanto | | de él
me olvido y de mí mesmo? | |
|
|
NARBAL: | (Al bastidor.) | Pues
que ya pasó Calipso, | | amante y rendido vuelvo | 845 | a ver
-¡mas qué es lo que miro! | |
|
|
MENTOR: | (Dentro.) | Telémaco,
huye del riesgo. | |
|
|
TELÉMACO: | Bien me aconseja; alma,
huyamos. | |
|
|
|
TELÉMACO: |
Sí,
que pienso... | | mas no quiero pensar nada | 850 | para lograr el
trofeo. | |
|
|
ÉUCARIS: | ¿Pues me dejas con la queja? | |
|
|
TELÉMACO: | ¿Pues ya no te he satisfecho? | |
|
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|
|
|
|
|
TELÉMACO: | (Aparte.) |
Malhaya el acento, | | pues lo que quiero olvidar | | me acuerda. |
|
|
ÉUCARIS: | A
Calipso advierto | | que vuelve; mira, traidor, | 860 | si es verdad
o fingimiento. | |
|
|
|
|
|
|
|
NARBAL: | (Sale.) | Huésped
falso, | | muere a mis manos. |
|
|
ÉUCARIS: | ¿Qué
es esto? | 865 | Detiénelo. |
|
|
TELÉMACO: | ¡Ojalá
fueran capaces | | de acabarse mis tormentos!; | | pero no podréis
lograrlo | | sólo porque lo deseo. | |
|
|
ÉUCARIS: | Narbal,
¿qué es esto? Pues cómo... | 870 |
|
|
NARBAL: | Estos, ingrata,
son celos. | |
|
|
TELÉMACO: | Eso indigna mi coraje, | | no
a defenderme, a ofenderos. | |
|
|
|
Riñen, cesa la MÚSICA,
y salen todos y todas.
|
CALIPSO: | ¿Cómo sin temer el
rayo | | con que amenaza mi ceño, | 875 | no respetáis
este sitio? | |
|
|
RANACUAJO: | Aquel rapaz embustero | | ha revuelto
toda la isla. | |
|
|
MENTOR: | ¿Telémaco, qué es aquesto? | | ¿A dónde está la prudencia? | 880 |
|
|
TELÉMACO: |
Yo, padre, culpa no tengo. | |
|
|
|
NARBAL: | Yo he de matarle primero. | |
|
|
CALIPSO: | Sacres
que el viento cruzáis | | bajad, bajad a mi acento | 885 | y
apartadlos de este sitio. | |
|
|
|
Bajan cuatro águilas, que
vienen a caer sobre TELÉMACO una, otra sobre NARBAL,
otra sobre IDOMENEO, y otra sobre RANACUAJO; y vuelan por
distintas partes con la más prontitud que se pueda.
|
LOS CUATRO: | ¡Valedme, dioses supremos! | |
|
|
|
TRIFÓN: | ¡Qué pajarotes tan
fieros! | | Atónito me he quedado. | 890 |
|
|
ÉUCARIS: | ¡Divinos
dioses, valedlos! | |
|
|
MENTOR: | No temas, Éucaris bella,
| | que es aparente todo esto. | | Y no pueden peligrar | | porque
no tiene para ello | 895 | poder, sí sólo a fingirlo. | |
|
|
|
CALIPSO: | ¡Valedme,
cielos! | | que dice mucho este lance. | |
|
|
SIRINGA: | Voló
Ranacuajo, y quedo | | triste, enamorada y sola. | 900 |
|
|
CALIPSO: | Disimule
mis recelos. | | Vamos, Éucaris. |
|
|
|
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|
CALIPSO: | Sospecha, quédate en duda, | | no sean los recelos
celos. | 905 |
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Vanse todos, menos MENTOR.
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MENTOR: | Aunque el amor
con deleites | | y el arte con fingimientos | | batallen con Telémaco, | | no han de lograr el trofeo, | | que le ampara la prudencia | 910 | que es a quien yo represento. | |
|
|