Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

51

Para la tarea crítica de Azorín debe verse ahora el libro de EDWARD INMAN FOX, Azorín as a literary critic, Nueva York, Hispanic Institute, 1962.

 

52

Véase RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL, El lenguaje del siglo XVI, incluido ahora en Los romances de América y otros ensayos, tomo LV de la Colección Austral, Buenos Aires 1939, primera edición.

 

53

Puede verse el trozo íntegro en Lo fatal, incluido en Castilla, pág. 139 de la edición citada. Obsérvese el parentesco semántico de las voces usadas, rasgo imprescindible en la lengua clásica. Aquí está la más profunda diferencia entre Valle-Inclán y Azorín, por lo menos en esta época inicial del siglo. En Valle con dispares, o de contenido diferente. Azorín es más fiel a la voz del pasado. Y aún habría que señalar el matiz que aleja a Azorín de este sistema estilístico cuando tal procedimiento cae en manos realistas (Pereda, por ejemplo).

 

54

Véase TOMÁS NAVARRO TOMÁS, Manual de entonación española, Nueva York, 1944, págs. 85 y ss.

 

55

Numerosas enumeraciones abiertas registra DENNER, Ob. cit., págs. 99 y ss., analizando otros aspectos del ritmo.

 

56

Véase AZORÍN, La generación de 1898, artículos incluidos en Clásicos y Modernos. Las aseveraciones referentes a nuestro interés se encuentran en el párrafo final de los famosos artículos.

 

57

Majano se usó en la lengua medieval (documentos, Crónica de Miguel Lucas de Iranzo) y muy poco en la clásica (Fernández de Oviedo, Lope de Rueda). Indudablemente se trata en Azorín de una voz patrimonial, aprendida en su infancia, en su propia tierra natal. Falsa, muy viva en las hablas aragonesas o de ascendencia aragonesa, no tiene uso literario más que en Azorín.

 

58

Picaza es voz también de la lengua antigua. La denominación más abundante por las tierras nativas de Azorín es la de maría o marica, pero en este caso puede haber sido encontrada por Azorín en textos literarios viejos, lo que eliminaba el posible desgaste semántico de la voz nativa. Picaza fue usada, por ejemplo, por el Arcipreste de Hita. También por el de Talavera. La voz llega a la lengua clásica, donde aparece en Cervantes y en Quevedo. Me inclino a pensar que la fuente autorizada de Azorín es el Arcipreste de Hita, poeta dilecto del escritor. Por otra parte, no se debe olvidar el primitivismo que informa todo el arte del 98, al que aludo en otra ocasión.

 

59

(20 bis) Es la condición tan admirablemente captada por ANTONIO MACHADO en su poema al libro Castilla, del propio Azorín:


   ¡Oh, venta de los montes! -Fuencebada,
Fonfría, Oncala, Manzanal, Robledo-.
¡Mesón de los caminos y posada
de Esquivias, Salas, Almazán, Olmedo!



Obsérvese la condición no urbana de la localización poética de Machado, armónico preciso de la concepción azoriniana.

 

60

La preocupación por el pueblo, por la intrahistoria, según la terminología unamuniana, explica muchas de las preferencias literarias e ideológicas de Azorín. Lo importante es destacar cómo todo en Azorín se rodea inmediatamente de una transustanciación literaria, que aleja, a primera vista, los objetos tratados de la rigurosidad mental con que los plantea Unamuno. Sin embargo, en el hondón del problema, la cuestión es la misma. Pueblo de España, en el que se encuentran los valores más auténticos y excelsos de la nacionalidad.